Aislamiento

Creo firmemente en el sentido de comunidad y de vivir la vida junto a otros en una manera que anima y motiva. Pero el concepto de compartir todo con todos es uno con el que lucho porque hace que nuestro sufrimiento sea un evento comunal.  

Hay momentos cuando esto es necesario y de ayuda, y no es mi intención de disuadir a que no se haga de esta manera. Mas sin embargo, hay un peligro de que esto puede dar lugar al tipo de apoyo que nos anima a enfocarnos en la lucha y quedarnos ahí. A veces la bondad, ayuda, amor y simpatía empiezan a sopesar la dificultad de la lucha. Escogemos mantenernos ahí por más tiempo de lo necesario, porque la verdad es que nos gusta la atención. Hasta me atrevería a decir que, para algunos de nosotros, perdemos vista de quienes somos sin el sufrimiento, y él mismo empieza a definir quiénes somos. 

Lo interesante del remontarnos sobre los termales es que es algo que no se puede hacer comunalmente. El ave no puede ser puesto en los termales por otros. No puede encontrar ese momento de planear alto con la ayuda de otros, tiene que hacerlo solo. Tiene que tomar una decisión y elevarse, de soltarse, y dejarse llevar por la corriente. Finalmente, el ave puede ver el panorama total. Es un lugar de aire más fresco y limpio y es un lugar de aislamiento.

No nos gusta el concepto de aislamiento. Pensamos que equivale a la soledad, el abandono y el desamparo. Pero hay una seguridad en la soledad. Es en el aislamiento que encontramos dónde y a quién verdaderamente pertenecemos. ¡El aislamiento de andar sobre los termales es uno de profunda confianza y de sometimiento, especialmente después de ser echado del nido repetidamente para aprender a volar! Pero esta en la naturaleza del ave el permitir al termal llevarlo alto, donde puede estar sentado con sus alas abiertas, llevado por el aire caliente por la situación abajo.  

Creo que este es un principio del cual podemos aprender. Todo en nuestra naturaleza quiere seguir el camino que el mundo ha sugerido que es el mejor – el enfocarnos en el problema. Queremos saber que nuestro problema es visto como válido, y que nuestro estatus de víctima es afirmado. Nos quedamos sentados en la auto conmiseración y permitimos que las circunstancias nos gobiernen.  

Pero, tal vez Dios quiere que llevemos nuestra situación a un lugar secreto y no a una tarima pública; de enfocarnos en Él, no en la situación, y de encontrar nuestro apoyo, nuestra identidad, nuestro gozo y paz en Él y no en nuestra red de apoyo. Tal vez no deberíamos de estar mirando validar nuestro estatus de víctima si no más bien nuestro estatus como hijos de Dios. Tal vez necesitamos permitir que el aislamiento sea un lugar de seguridad, perspectiva y de claridad.

Decide hoy el no despreciar los lugares quietos y aislados, más bien decide tener una expectativa de que vayas a encontrar a Dios en medio de ellos.