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Lectura – Salmos 19:1-3, Salmos 33:6-9

DEVOCIONAL - Salmos 19:1-3 

¿Puedes recordar la última vez que quedaste maravillada ante la creación? Desde recostarse bajo un cielo estrellado espectacular, conducir a través de una vasta cadena montañosa, hasta escuchar el llanto de un bebé recién nacido. Su creación evoca en nosotras una sensación de asombro.

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En sus primeros años, David pasó mucho tiempo en el campo cuidando las ovejas de su familia. Tuvo mucho tiempo para contemplar la gloria de la creación. Él dice que los cielos "cuentan" la gloria de Dios, el firmamento "anuncia". El cielo en realidad no habla palabras audibles, pero el gran poder y la majestad real de Dios se magnifican en la creación.

La creación es un testigo sin palabras para el mundo. Las obras de Su mano no necesitan traducción. Están en exhibición para que toda la humanidad las vea; día tras día, noche tras noche, desde los días de David hasta hoy. ¡Sin usar una sola palabra, la creación de Dios da testimonio continuo de Su poder y sabiduría infinitos!

Señor, te adoramos como Creador. Nos asombramos de todo lo que has hecho. Tu poder eterno y Tu naturaleza divina son evidentes en lo que creas. Continúa abriendo nuestros ojos a Tu majestad, y ayuda a aquellos que aún no te conocen a contemplar Tu grandeza a través de Tu creación. Amén.