AcércateMuestra

 Cuando pienso en instrucción, a menudo mi mente se remonta a mis días como atleta, en que era instruida para carreras de velocidad, levantamiento de pesas, exigiendo los límites físicos del cuerpo. Sin embargo, la raíz de la palabra griega que aquí se traduce como instruir, se refiere al completo entrenamiento y educación de un niño. Ahora, como madre, esto cobra un nuevo significado. El objetivo no es la dominación suprema del físico, sino más bien construir el corazón, la mente, el alma y la moral de un pequeño ser humano. Esto sucede mediante el estímulo, la reprensión, y la disciplina.

Pablo nos dice que las Escrituras son inspiradas por Dios. En esta carta, además le da a Timoteo una lista de cuatro formas en que las Escrituras les serían útiles en su ministerio: para enseñar (lo que está bien), para redargüir (lo que no está bien), para corregir (cómo hacerlo bien), y para instruir en justicia cómo vivir bien).

Señor, estamos agradecidas por la utilidad de Tu Palabra. Sea que estemos entrenando niños física o espiritualmente, Tu Palabra es una lámpara a nuestros pies y una lumbrera a nuestro camino. Ayúdanos a caminar en Tus caminos. Amén.