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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkMIC">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="MIC.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Acusaci&#243;n contra los dirigentes de Israel</div><div class="p"> 1Dije: O&#237;d ahora, pr&#237;ncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: &#191;No concierne a vosotros saber lo que es justo? 2Vosotros que aborrec&#233;is lo bueno y am&#225;is lo malo, que les quit&#225;is su piel y su carne de sobre los huesos; 3que com&#233;is asimismo la carne de mi pueblo, y les desoll&#225;is su piel de sobre ellos, y les quebrant&#225;is los huesos y los romp&#233;is como para el caldero, y como carnes en olla.</div><div class="p"> 4Entonces clamar&#233;is a Jehov&#225;, y no os responder&#225;; antes esconder&#225; de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.</div><div class="p"> 5As&#237; ha dicho Jehov&#225; acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra &#233;l: 6Por tanto, de la profec&#237;a se os har&#225; noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondr&#225; el sol, y el d&#237;a se entenebrecer&#225; sobre ellos. 7Y ser&#225;n avergonzados los profetas, y se confundir&#225;n los adivinos; y ellos todos cerrar&#225;n sus labios, porque no hay respuesta de Dios. 8Mas yo estoy lleno de poder del Esp&#237;ritu de Jehov&#225;, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebeli&#243;n, y a Israel su pecado. 9O&#237;d ahora esto, jefes de la casa de Jacob, y capitanes de la casa de Israel, que abomin&#225;is el juicio, y pervert&#237;s todo el derecho; 10que edific&#225;is a Sion con sangre, y a Jerusal&#233;n con injusticia. 11Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes ense&#241;an por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehov&#225;, diciendo: &#191;No est&#225; Jehov&#225; entre nosotros? No vendr&#225; mal sobre nosotros. 12Por tanto, a causa de vosotros Sion ser&#225; arada como campo, y Jerusal&#233;n vendr&#225; a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque.#Jer. 26.18.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch4" data-usfm="MIC.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">Reinado universal de Jehov&#225;</div><div class="r">(Is. 2.1-4)</div><div class="p"> 1Acontecer&#225; en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehov&#225; ser&#225; establecido por cabecera de montes, y m&#225;s alto que los collados, y correr&#225;n a &#233;l los pueblos. 2Vendr&#225;n muchas naciones, y dir&#225;n: Venid, y subamos al monte de Jehov&#225;, y a la casa del Dios de Jacob; y nos ense&#241;ar&#225; en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldr&#225; la ley, y de Jerusal&#233;n la palabra de Jehov&#225;. 3Y &#233;l juzgar&#225; entre muchos pueblos, y corregir&#225; a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillar&#225;n sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces;#Jl. 3.10. no alzar&#225; espada naci&#243;n contra naci&#243;n, ni se ensayar&#225;n m&#225;s para la guerra. 4Y se sentar&#225; cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera,#Zac. 3.10. y no habr&#225; quien los amedrente; porque la boca de Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos lo ha hablado.</div><div class="p"> 5Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehov&#225; nuestro Dios eternamente y para siempre.</div><div class="s">Israel ser&#225; redimido del cautiverio</div><div class="p"> 6En aquel d&#237;a, dice Jehov&#225;, juntar&#233; la que cojea, y recoger&#233; la descarriada, y a la que aflig&#237;; 7y pondr&#233; a la coja como remanente, y a la descarriada como naci&#243;n robusta; y Jehov&#225; reinar&#225; sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.</div><div class="p"> 8Y t&#250;, oh torre del reba&#241;o, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendr&#225; el se&#241;or&#237;o primero, el reino de la hija de Jerusal&#233;n. 9Ahora, &#191;por qu&#233; gritas tanto? &#191;No hay rey en ti? &#191;Pereci&#243; tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? 10Du&#233;lete y gime, hija de Sion, como mujer que est&#225; de parto;#Ap. 12.2. porque ahora saldr&#225;s de la ciudad y morar&#225;s en el campo, y llegar&#225;s hasta Babilonia; all&#237; ser&#225;s librada, all&#237; te redimir&#225; Jehov&#225; de la mano de tus enemigos.</div><div class="p"> 11Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. 12Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehov&#225;, ni entendieron su consejo; por lo cual los junt&#243; como gavillas en la era. 13Lev&#225;ntate y trilla, hija de Sion, porque har&#233; tu cuerno como de hierro, y tus u&#241;as de bronce, y desmenuzar&#225;s a muchos pueblos; y consagrar&#225;s a Jehov&#225; su bot&#237;n, y sus riquezas al Se&#241;or de toda la tierra.</div>
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 <div class="book bkMIC">
 <div class="chapter ch5" data-usfm="MIC.5">
 <div class="label">5</div><div class="s">El reinado del libertador desde Bel&#233;n</div><div class="p"> 1Rod&#233;ate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herir&#225;n en la mejilla al juez de Israel.</div><div class="p"> 2Pero t&#250;, Bel&#233;n Efrata, peque&#241;a para estar entre las familias de Jud&#225;, de ti me saldr&#225; el que ser&#225; Se&#241;or en Israel;#Mt. 2.6; Jn. 7.42. y sus salidas son desde el principio, desde los d&#237;as de la eternidad. 3Pero los dejar&#225; hasta el tiempo que d&#233; a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volver&#225; con los hijos de Israel. 4Y &#233;l estar&#225;, y apacentar&#225; con poder de Jehov&#225;, con grandeza del nombre de Jehov&#225; su Dios; y morar&#225;n seguros, porque ahora ser&#225; engrandecido hasta los fines de la tierra.</div><div class="p"> 5Y este ser&#225; nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra &#233;l siete pastores, y ocho hombres principales; 6y devastar&#225;n la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la tierra de Nimrod;#Gn. 10.8-11. y nos librar&#225; del asirio, cuando viniere contra nuestra tierra y hollare nuestros confines.</div><div class="p"> 7El remanente de Jacob ser&#225; en medio de muchos pueblos como el roc&#237;o de Jehov&#225;, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a var&#243;n, ni aguardan a hijos de hombres. 8Asimismo el remanente de Jacob ser&#225; entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el le&#243;n entre las bestias de la selva, como el cachorro del le&#243;n entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape. 9Tu mano se alzar&#225; sobre tus enemigos, y todos tus adversarios ser&#225;n destruidos.</div><div class="p"> 10Acontecer&#225; en aquel d&#237;a, dice Jehov&#225;, que har&#233; matar tus caballos de en medio de ti, y har&#233; destruir tus carros. 11Har&#233; tambi&#233;n destruir las ciudades de tu tierra, y arruinar&#233; todas tus fortalezas. 12Asimismo destruir&#233; de tu mano las hechicer&#237;as, y no se hallar&#225;n en ti agoreros. 13Y har&#233; destruir tus esculturas y tus im&#225;genes de en medio de ti, y nunca m&#225;s te inclinar&#225;s a la obra de tus manos. 14Arrancar&#233; tus im&#225;genes de Asera de en medio de ti, y destruir&#233; tus ciudades; 15y con ira y con furor har&#233; venganza en las naciones que no obedecieron.</div>
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 <div class="chapter ch29" data-usfm="ISA.29">
 <div class="label">29</div><div class="s">Ariel y sus enemigos</div><div class="p"> 1&#161;Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habit&#243; David! A&#241;adid un a&#241;o a otro, las fiestas sigan su curso. 2Mas yo pondr&#233; a Ariel en apretura, y ser&#225; desconsolada y triste; y ser&#225; a m&#237; como Ariel. 3Porque acampar&#233; contra ti alrededor, y te sitiar&#233; con campamentos, y levantar&#233; contra ti baluartes. 4Entonces ser&#225;s humillada, hablar&#225;s desde la tierra, y tu habla saldr&#225; del polvo; y ser&#225; tu voz de la tierra como la de un fantasma, y tu habla susurrar&#225; desde el polvo. 5Y la muchedumbre de tus enemigos ser&#225; como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y ser&#225; repentinamente, en un momento. 6Por Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos ser&#225;s visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor. 7Y ser&#225; como sue&#241;o de visi&#243;n nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los que la ponen en apretura. 8Y les suceder&#225; como el que tiene hambre y sue&#241;a, y le parece que come, pero cuando despierta, su est&#243;mago est&#225; vac&#237;o; o como el que tiene sed y sue&#241;a, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; as&#237; ser&#225; la multitud de todas las naciones que pelear&#225;n contra el monte de Sion.</div><div class="s">Ceguera e hipocres&#237;a de Israel</div><div class="p"> 9Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra. 10Porque Jehov&#225; derram&#243; sobre vosotros esp&#237;ritu de sue&#241;o, y cerr&#243; los ojos#Ro. 11.8. de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes. 11Y os ser&#225; toda visi&#243;n como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; &#233;l dir&#225;: No puedo, porque est&#225; sellado. 12Y si se diere el libro al que no sabe leer, dici&#233;ndole: Lee ahora esto; &#233;l dir&#225;: No s&#233; leer.</div><div class="p"> 13Dice, pues, el Se&#241;or: Porque este pueblo se acerca a m&#237; con su boca, y con sus labios me honra, pero su coraz&#243;n est&#225; lejos de m&#237;,#Mt. 15.8-9; Mr. 7.6-7. y su temor de m&#237; no es m&#225;s que un mandamiento de hombres que les ha sido ense&#241;ado; 14por tanto, he aqu&#237; que nuevamente excitar&#233; yo la admiraci&#243;n de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecer&#225; la sabidur&#237;a de sus sabios, y se desvanecer&#225; la inteligencia de sus entendidos.#1 Co. 1.19.</div><div class="p"> 15&#161;Ay de los que se esconden de Jehov&#225;, encubriendo el consejo, y sus obras est&#225;n en tinieblas, y dicen: &#191;Qui&#233;n nos ve, y qui&#233;n nos conoce?! 16Vuestra perversidad ciertamente ser&#225; reputada como el barro del alfarero. &#191;Acaso la obra dir&#225; de su hacedor: No me hizo? &#191;Dir&#225; la vasija de aquel que la ha formado: No entendi&#243;?</div><div class="s">Redenci&#243;n de Israel</div><div class="p"> 17&#191;No se convertir&#225; de aqu&#237; a muy poco tiempo el L&#237;bano en campo fruct&#237;fero, y el campo f&#233;rtil ser&#225; estimado por bosque? 18En aquel tiempo los sordos oir&#225;n las palabras del libro, y los ojos de los ciegos ver&#225;n en medio de la oscuridad y de las tinieblas. 19Entonces los humildes crecer&#225;n en alegr&#237;a en Jehov&#225;, y aun los m&#225;s pobres de los hombres se gozar&#225;n en el Santo de Israel. 20Porque el violento ser&#225; acabado, y el escarnecedor ser&#225; consumido; ser&#225;n destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad, 21los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo al que reprend&#237;a en la puerta, y pervierten la causa del justo con vanidad.</div><div class="p"> 22Por tanto, Jehov&#225;, que redimi&#243; a Abraham, dice as&#237; a la casa de Jacob: No ser&#225; ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pondr&#225; p&#225;lido; 23porque ver&#225; a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificar&#225;n mi nombre; y santificar&#225;n al Santo de Jacob, y temer&#225;n al Dios de Israel. 24Y los extraviados de esp&#237;ritu aprender&#225;n inteligencia, y los murmuradores aprender&#225;n doctrina.</div>
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 <div class="book bkISA">
 <div class="chapter ch30" data-usfm="ISA.30">
 <div class="label">30</div><div class="s">La futilidad de confiar en Egipto</div><div class="p"> 1&#161;Ay de los hijos que se apartan, dice Jehov&#225;, para tomar consejo, y no de m&#237;; para cobijarse con cubierta, y no de mi esp&#237;ritu, a&#241;adiendo pecado a pecado! 2Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Fara&#243;n, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. 3Pero la fuerza de Fara&#243;n se os cambiar&#225; en verg&#252;enza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusi&#243;n. 4Cuando est&#233;n sus pr&#237;ncipes en Zo&#225;n, y sus embajadores lleguen a Hanes, 5todos se avergonzar&#225;n del pueblo que no les aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les ser&#225; para verg&#252;enza y aun para oprobio.</div><div class="p"> 6Profec&#237;a sobre las bestias del Neguev: Por tierra de tribulaci&#243;n y de angustia, de donde salen la leona y el le&#243;n, la v&#237;bora y la serpiente que vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les ser&#225; de provecho. 7Ciertamente Egipto en vano e in&#250;tilmente dar&#225; ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza ser&#237;a estarse quietos.</div><div class="p"> 8Ve, pues, ahora, y escribe esta visi&#243;n en una tabla delante de ellos, y reg&#237;strala en un libro, para que quede hasta el d&#237;a postrero, eternamente y para siempre. 9Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron o&#237;r la ley de Jehov&#225;; 10que dicen a los videntes: No ve&#225;is; y a los profetas: No nos profetic&#233;is lo recto, decidnos cosas halag&#252;e&#241;as, profetizad mentiras; 11dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. 12Por tanto, el Santo de Israel dice as&#237;: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os hab&#233;is apoyado; 13por tanto, os ser&#225; este pecado como grieta que amenaza ruina, extendi&#233;ndose en una pared elevada, cuya ca&#237;da viene s&#250;bita y repentinamente. 14Y se quebrar&#225; como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.</div><div class="p"> 15Porque as&#237; dijo Jehov&#225; el Se&#241;or, el Santo de Israel: En descanso y en reposo ser&#233;is salvos; en quietud y en confianza ser&#225; vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huir&#233;is. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, ser&#225;n veloces vuestros perseguidores. 17Un millar huir&#225; a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huir&#233;is vosotros todos, hasta que qued&#233;is como m&#225;stil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.</div><div class="s">Promesa de la gracia de Dios a Israel</div><div class="p"> 18Por tanto, Jehov&#225; esperar&#225; para tener piedad de vosotros, y por tanto, ser&#225; exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehov&#225; es Dios justo; bienaventurados todos los que conf&#237;an en &#233;l. 19Ciertamente el pueblo morar&#225; en Sion, en Jerusal&#233;n; nunca m&#225;s llorar&#225;s; el que tiene misericordia se apiadar&#225; de ti; al o&#237;r la voz de tu clamor te responder&#225;.</div><div class="p"> 20Bien que os dar&#225; el Se&#241;or pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca m&#225;s te ser&#225;n quitados, sino que tus ojos ver&#225;n a tus maestros. 21Entonces tus o&#237;dos oir&#225;n a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por &#233;l; y no ech&#233;is a la mano derecha, ni tampoco torz&#225;is a la mano izquierda. 22Entonces profanar&#225;s la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus im&#225;genes fundidas de oro; las apartar&#225;s como trapo asqueroso; &#161;Sal fuera! les dir&#225;s.</div><div class="p"> 23Entonces dar&#225; el Se&#241;or lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dar&#225; pan del fruto de la tierra, y ser&#225; abundante y ping&#252;e; tus ganados en aquel tiempo ser&#225;n apacentados en espaciosas dehesas. 24Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comer&#225;n grano limpio, aventado con pala y criba. 25Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habr&#225; r&#237;os y corrientes de aguas el d&#237;a de la gran matanza, cuando caer&#225;n las torres. 26Y la luz de la luna ser&#225; como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete d&#237;as, el d&#237;a que vendare Jehov&#225; la herida de su pueblo, y curare la llaga que &#233;l caus&#243;.</div><div class="s">El juicio de Jehov&#225; sobre Asiria</div><div class="p"> 27He aqu&#237; que el nombre de Jehov&#225; viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. 28Su aliento, cual torrente que inunda; llegar&#225; hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucci&#243;n; y el freno estar&#225; en las quijadas de los pueblos, haci&#233;ndoles errar.</div><div class="p"> 29Vosotros tendr&#233;is c&#225;ntico como de noche en que se celebra pascua, y alegr&#237;a de coraz&#243;n, como el que va con flauta para venir al monte de Jehov&#225;, al Fuerte de Israel. 30Y Jehov&#225; har&#225; o&#237;r su potente voz, y har&#225; ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. 31Porque Asiria que hiri&#243; con vara, con la voz de Jehov&#225; ser&#225; quebrantada. 32Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehov&#225; sobre &#233;l, ser&#225; con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa pelear&#225; contra ellos. 33Porque Tofet ya de tiempo est&#225; dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha le&#241;a; el soplo de Jehov&#225;, como torrente de azufre, lo enciende.</div>
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 <div class="chapter ch31" data-usfm="ISA.31">
 <div class="label">31</div><div class="s">Los egipcios son hombres y no dioses</div><div class="p"> 1&#161;Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y conf&#237;an en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehov&#225;! 2Pero &#233;l tambi&#233;n es sabio, y traer&#225; el mal, y no retirar&#225; sus palabras. Se levantar&#225;, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad. 3Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no esp&#237;ritu; de manera que al extender Jehov&#225; su mano, caer&#225; el ayudador y caer&#225; el ayudado, y todos ellos desfallecer&#225;n a una.</div><div class="p"> 4Porque Jehov&#225; me dijo a m&#237; de esta manera: Como el le&#243;n y el cachorro de le&#243;n ruge sobre la presa, y si se re&#250;ne cuadrilla de pastores contra &#233;l, no lo espantar&#225;n sus voces, ni se acobardar&#225; por el tropel de ellos; as&#237; Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos descender&#225; a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado. 5Como las aves que vuelan, as&#237; amparar&#225; Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos a Jerusal&#233;n, amparando, librando, preservando y salvando.</div><div class="p"> 6Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel. 7Porque en aquel d&#237;a arrojar&#225; el hombre sus &#237;dolos de plata y sus &#237;dolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras. 8Entonces caer&#225; Asiria por espada no de var&#243;n, y la consumir&#225; espada no de hombre; y huir&#225; de la presencia de la espada, y sus j&#243;venes ser&#225;n tributarios. 9Y de miedo pasar&#225; su fortaleza, y sus pr&#237;ncipes, con pavor, dejar&#225;n sus banderas, dice Jehov&#225;, cuyo fuego est&#225; en Sion, y su horno en Jerusal&#233;n.</div>
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 <div class="book bkISA">
 <div class="chapter ch32" data-usfm="ISA.32">
 <div class="label">32</div><div class="s">El Rey justo</div><div class="p"> 1He aqu&#237; que para justicia reinar&#225; un rey, y pr&#237;ncipes presidir&#225;n en juicio. 2Y ser&#225; aquel var&#243;n como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbi&#243;n; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran pe&#241;asco en tierra calurosa. 3No se ofuscar&#225;n entonces los ojos de los que ven, y los o&#237;dos de los oyentes oir&#225;n atentos. 4Y el coraz&#243;n de los necios entender&#225; para saber, y la lengua de los tartamudos hablar&#225; r&#225;pida y claramente. 5El ruin nunca m&#225;s ser&#225; llamado generoso, ni el tramposo ser&#225; llamado espl&#233;ndido. 6Porque el ruin hablar&#225; ruindades, y su coraz&#243;n fabricar&#225; iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehov&#225;, dejando vac&#237;a el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. 7Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. 8Pero el generoso pensar&#225; generosidades, y por generosidades ser&#225; exaltado.</div><div class="s">Advertencia a las mujeres de Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 9Mujeres indolentes, levantaos, o&#237;d mi voz; hijas confiadas, escuchad mi raz&#243;n. 10De aqu&#237; a algo m&#225;s de un a&#241;o tendr&#233;is espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltar&#225;, y la cosecha no vendr&#225;. 11Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ce&#241;id los lomos con cilicio. 12Golpe&#225;ndose el pecho lamentar&#225;n por los campos deleitosos, por la vid f&#233;rtil. 13Sobre la tierra de mi pueblo subir&#225;n espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegr&#237;a en la ciudad de alegr&#237;a. 14Porque los palacios quedar&#225;n desiertos, la multitud de la ciudad cesar&#225;; las torres y fortalezas se volver&#225;n cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada; 15hasta que sobre nosotros sea derramado el Esp&#237;ritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo f&#233;rtil, y el campo f&#233;rtil sea estimado por bosque. 16Y habitar&#225; el juicio en el desierto, y en el campo f&#233;rtil morar&#225; la justicia. 17Y el efecto de la justicia ser&#225; paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18Y mi pueblo habitar&#225; en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo. 19Y cuando caiga granizo, caer&#225; en los montes; y la ciudad ser&#225; del todo abatida. 20Dichosos vosotros los que sembr&#225;is junto a todas las aguas, y dej&#225;is libres al buey y al asno.</div>
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 <div class="chapter ch33" data-usfm="ISA.33">
 <div class="label">33</div><div class="s">Jehov&#225; traer&#225; salvaci&#243;n</div><div class="p"> 1&#161;Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, ser&#225;s t&#250; saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se har&#225; contra ti.</div><div class="p"> 2Oh Jehov&#225;, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; t&#250;, brazo de ellos en la ma&#241;ana, s&#233; tambi&#233;n nuestra salvaci&#243;n en tiempo de la tribulaci&#243;n. 3Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte t&#250;. 4Sus despojos ser&#225;n recogidos como cuando recogen orugas; correr&#225;n sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas. 5Ser&#225; exaltado Jehov&#225;, el cual mora en las alturas; llen&#243; a Sion de juicio y de justicia. 6Y reinar&#225;n en tus tiempos la sabidur&#237;a y la ciencia, y abundancia de salvaci&#243;n; el temor de Jehov&#225; ser&#225; su tesoro.</div><div class="p"> 7He aqu&#237; que sus embajadores dar&#225;n voces afuera; los mensajeros de paz llorar&#225;n amargamente. 8Las calzadas est&#225;n deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreci&#243; las ciudades, tuvo en nada a los hombres. 9Se enlut&#243;, enferm&#243; la tierra; el L&#237;bano se avergonz&#243;, y fue cortado; Sar&#243;n se ha vuelto como desierto, y Bas&#225;n y el Carmelo fueron sacudidos.</div><div class="p"> 10Ahora me levantar&#233;, dice Jehov&#225;; ahora ser&#233; exaltado, ahora ser&#233; engrandecido. 11Concebisteis hojarascas, rastrojo dar&#233;is a luz; el soplo de vuestro fuego os consumir&#225;. 12Y los pueblos ser&#225;n como cal quemada; como espinos cortados ser&#225;n quemados con fuego. 13O&#237;d, los que est&#225;is lejos, lo que he hecho; y vosotros los que est&#225;is cerca, conoced mi poder. 14Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogi&#243; a los hip&#243;critas. &#191;Qui&#233;n de nosotros morar&#225; con el fuego consumidor? &#191;Qui&#233;n de nosotros habitar&#225; con las llamas eternas? 15El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus o&#237;dos para no o&#237;r propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; 16este habitar&#225; en las alturas; fortaleza de rocas ser&#225; su lugar de refugio; se le dar&#225; su pan, y sus aguas ser&#225;n seguras.</div><div class="p"> 17Tus ojos ver&#225;n al Rey en su hermosura; ver&#225;n la tierra que est&#225; lejos. 18Tu coraz&#243;n imaginar&#225; el espanto, y dir&#225;: &#191;Qu&#233; es del escriba?, &#191;qu&#233; del pesador del tributo?, &#191;qu&#233; del que pone en lista las casas m&#225;s insignes? 19No ver&#225;s a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua dif&#237;cil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas. 20Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos ver&#225;n a Jerusal&#233;n, morada de quietud, tienda que no ser&#225; desarmada, ni ser&#225;n arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas ser&#225; rota. 21Porque ciertamente all&#237; ser&#225; Jehov&#225; para con nosotros fuerte, lugar de r&#237;os, de arroyos muy anchos, por el cual no andar&#225; galera de remos, ni por &#233;l pasar&#225; gran nave. 22Porque Jehov&#225; es nuestro juez, Jehov&#225; es nuestro legislador, Jehov&#225; es nuestro Rey; &#233;l mismo nos salvar&#225;. 23Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su m&#225;stil, ni entesaron la vela; se repartir&#225; entonces bot&#237;n de muchos despojos; los cojos arrebatar&#225;n el bot&#237;n. 24No dir&#225; el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le ser&#225; perdonada la iniquidad.</div>
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 <div class="chapter ch34" data-usfm="ISA.34">
 <div class="label">34</div><div class="s">La ira de Jehov&#225; contra las naciones</div><div class="p"> 1Acercaos, naciones, juntaos para o&#237;r; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce. 2Porque Jehov&#225; est&#225; airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ej&#233;rcito de ellas; las destruir&#225; y las entregar&#225; al matadero. 3Y los muertos de ellas ser&#225;n arrojados, y de sus cad&#225;veres se levantar&#225; hedor; y los montes se disolver&#225;n por la sangre de ellos. 4Y todo el ej&#233;rcito de los cielos se disolver&#225;, y se enrollar&#225;n los cielos como un libro; y caer&#225; todo su ej&#233;rcito, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.#Ap. 6.13-14.</div><div class="p"> 5Porque en los cielos se embriagar&#225; mi espada; he aqu&#237; que descender&#225; sobre Edom#Is. 63.1-6; Jer. 49.7-22; Ez. 25.12-14; 35.1-15; Am. 1.11-12; Abd. 1-14; Mal. 1.2-5. en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema. 6Llena est&#225; de sangre la espada de Jehov&#225;, engrasada est&#225; de grosura, de sangre de corderos y de machos cabr&#237;os, de grosura de ri&#241;ones de carneros; porque Jehov&#225; tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom. 7Y con ellos caer&#225;n b&#250;falos, y toros con becerros; y su tierra se embriagar&#225; de sangre, y su polvo se engrasar&#225; de grosura.</div><div class="p"> 8Porque es d&#237;a de venganza de Jehov&#225;, a&#241;o de retribuciones en el pleito de Sion. 9Y sus arroyos se convertir&#225;n en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. 10No se apagar&#225; de noche ni de d&#237;a, perpetuamente subir&#225; su humo;#Ap. 14.11; 19.3. de generaci&#243;n en generaci&#243;n ser&#225; asolada, nunca jam&#225;s pasar&#225; nadie por ella. 11Se adue&#241;ar&#225;n de ella el pel&#237;cano y el erizo, la lechuza y el cuervo morar&#225;n en ella; y se extender&#225; sobre ella cordel de destrucci&#243;n, y niveles de asolamiento. 12Llamar&#225;n a sus pr&#237;ncipes, pr&#237;ncipes sin reino; y todos sus grandes ser&#225;n nada.</div><div class="p"> 13En sus alc&#225;zares crecer&#225;n espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y ser&#225;n morada de chacales, y patio para los pollos de los avestruces. 14Las fieras del desierto se encontrar&#225;n con las hienas, y la cabra salvaje gritar&#225; a su compa&#241;ero; la lechuza tambi&#233;n tendr&#225; all&#237; morada, y hallar&#225; para s&#237; reposo.</div><div class="p"> 15All&#237; anidar&#225; el b&#250;ho, pondr&#225; sus huevos, y sacar&#225; sus pollos, y los juntar&#225; debajo de sus alas; tambi&#233;n se juntar&#225;n all&#237; buitres, cada uno con su compa&#241;era. 16Inquirid en el libro de Jehov&#225;, y leed si falt&#243; alguno de ellos; ninguno falt&#243; con su compa&#241;era; porque su boca mand&#243;, y los reuni&#243; su mismo Esp&#237;ritu. 17Y &#233;l les ech&#243; suertes, y su mano les reparti&#243; con cordel; para siempre la tendr&#225;n por heredad; de generaci&#243;n en generaci&#243;n morar&#225;n all&#237;.</div>
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 <div class="chapter ch35" data-usfm="ISA.35">
 <div class="label">35</div><div class="s">Futuro glorioso de Sion</div><div class="p"> 1Se alegrar&#225;n el desierto y la soledad; el yermo se gozar&#225; y florecer&#225; como la rosa. 2Florecer&#225; profusamente, y tambi&#233;n se alegrar&#225; y cantar&#225; con j&#250;bilo; la gloria del L&#237;bano le ser&#225; dada, la hermosura del Carmelo y de Sar&#243;n. Ellos ver&#225;n la gloria de Jehov&#225;, la hermosura del Dios nuestro. 3Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.#He. 12.12. 4Decid a los de coraz&#243;n apocado: Esforzaos, no tem&#225;is; he aqu&#237; que vuestro Dios viene con retribuci&#243;n, con pago; Dios mismo vendr&#225;, y os salvar&#225;.</div><div class="p"> 5Entonces los ojos de los ciegos ser&#225;n abiertos, y los o&#237;dos de los sordos se abrir&#225;n. 6Entonces el cojo saltar&#225; como un ciervo, y cantar&#225; la lengua del mudo;#Mt. 11.5; Lc. 7.22. porque aguas ser&#225;n cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7El lugar seco se convertir&#225; en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, ser&#225; lugar de ca&#241;as y juncos.</div><div class="p"> 8Y habr&#225; all&#237; calzada y camino, y ser&#225; llamado Camino de Santidad; no pasar&#225; inmundo por &#233;l, sino que &#233;l mismo estar&#225; con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviar&#225;. 9No habr&#225; all&#237; le&#243;n, ni fiera subir&#225; por &#233;l, ni all&#237; se hallar&#225;, para que caminen los redimidos. 10Y los redimidos de Jehov&#225; volver&#225;n, y vendr&#225;n a Sion con alegr&#237;a; y gozo perpetuo ser&#225; sobre sus cabezas; y tendr&#225;n gozo y alegr&#237;a, y huir&#225;n la tristeza y el gemido.</div>
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 <div class="chapter ch36" data-usfm="ISA.36">
 <div class="label">36</div><div class="s">La invasi&#243;n de Senaquerib</div><div class="r">(2 R. 18.13-37; 2 Cr. 32.1-19)</div><div class="p"> 1Aconteci&#243; en el a&#241;o catorce del rey Ezequ&#237;as, que Senaquerib rey de Asiria subi&#243; contra todas las ciudades fortificadas de Jud&#225;, y las tom&#243;. 2Y el rey de Asiria envi&#243; al Rabsaces con un gran ej&#233;rcito desde Laquis a Jerusal&#233;n contra el rey Ezequ&#237;as; y acamp&#243; junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. 3Y sali&#243; a &#233;l Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, 4a los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequ&#237;as: El gran rey, el rey de Asiria, dice as&#237;: &#191;Qu&#233; confianza es esta en que te apoyas? 5Yo digo que el consejo y poder&#237;o para la guerra, de que t&#250; hablas, no son m&#225;s que palabras vac&#237;as. Ahora bien, &#191;en qui&#233;n conf&#237;as para que te rebeles contra m&#237;? 6He aqu&#237; que conf&#237;as en este b&#225;culo de ca&#241;a fr&#225;gil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrar&#225; por la mano, y la atravesar&#225;. Tal es Fara&#243;n rey de Egipto para con todos los que en &#233;l conf&#237;an. 7Y si me dec&#237;s: En Jehov&#225; nuestro Dios confiamos; &#191;no es este aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequ&#237;as, y dijo a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n: Delante de este altar adorar&#233;is? 8Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi se&#241;or, y yo te dar&#233; dos mil caballos, si t&#250; puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos. 9&#191;C&#243;mo, pues, podr&#225;s resistir a un capit&#225;n, al menor de los siervos de mi se&#241;or, aunque est&#233;s confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? 10&#191;Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehov&#225;? Jehov&#225; me dijo: Sube a esta tierra y destr&#250;yela.</div><div class="p"> 11Entonces dijeron Eliaquim, Sebna y Joa al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua de Jud&#225;, porque lo oye el pueblo que est&#225; sobre el muro. 12Y dijo el Rabsaces: &#191;Acaso me envi&#243; mi se&#241;or a que dijese estas palabras a ti y a tu se&#241;or, y no a los hombres que est&#225;n sobre el muro, expuestos a comer su esti&#233;rcol y beber su orina con vosotros?</div><div class="p"> 13Entonces el Rabsaces se puso en pie y grit&#243; a gran voz en lengua de Jud&#225;, diciendo: O&#237;d las palabras del gran rey, el rey de Asiria. 14El rey dice as&#237;: No os enga&#241;e Ezequ&#237;as, porque no os podr&#225; librar. 15Ni os haga Ezequ&#237;as confiar en Jehov&#225;, diciendo: Ciertamente Jehov&#225; nos librar&#225;; no ser&#225; entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria. 16No escuch&#233;is a Ezequ&#237;as, porque as&#237; dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a m&#237;; y coma cada uno de su vi&#241;a, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo, 17hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de vi&#241;as. 18Mirad que no os enga&#241;e Ezequ&#237;as diciendo: Jehov&#225; nos librar&#225;. &#191;Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria? 19&#191;D&#243;nde est&#225; el dios de Hamat y de Arfad? &#191;D&#243;nde est&#225; el dios de Sefarvaim? &#191;Libraron a Samaria de mi mano? 20&#191;Qu&#233; dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehov&#225; libre de mi mano a Jerusal&#233;n?</div><div class="p"> 21Pero ellos callaron, y no le respondieron palabra; porque el rey as&#237; lo hab&#237;a mandado, diciendo: No le respond&#225;is. 22Entonces Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequ&#237;as, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.</div>
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 <div class="book bkISA">
 <div class="chapter ch37" data-usfm="ISA.37">
 <div class="label">37</div><div class="s">Jud&#225; es librado de Senaquerib</div><div class="r">(2 R. 19.1-37; 2 Cr. 32.20-23)</div><div class="p"> 1Aconteci&#243;, pues, que cuando el rey Ezequ&#237;as oy&#243; esto, rasg&#243; sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehov&#225;. 2Y envi&#243; a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isa&#237;as hijo de Amoz. 3Los cuales le dijeron: As&#237; ha dicho Ezequ&#237;as: D&#237;a de angustia, de reprensi&#243;n y de blasfemia es este d&#237;a; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas. 4Quiz&#225; oir&#225; Jehov&#225; tu Dios las palabras del Rabsaces, al cual el rey de Asiria su se&#241;or envi&#243; para blasfemar al Dios vivo, y para vituperar con las palabras que oy&#243; Jehov&#225; tu Dios; eleva, pues, oraci&#243;n t&#250; por el remanente que a&#250;n ha quedado.</div><div class="p"> 5Vinieron, pues, los siervos de Ezequ&#237;as a Isa&#237;as. 6Y les dijo Isa&#237;as: Dir&#233;is as&#237; a vuestro se&#241;or: As&#237; ha dicho Jehov&#225;: No temas por las palabras que has o&#237;do, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. 7He aqu&#237; que yo pondr&#233; en &#233;l un esp&#237;ritu, y oir&#225; un rumor, y volver&#225; a su tierra; y har&#233; que en su tierra perezca a espada.</div><div class="p"> 8Vuelto, pues, el Rabsaces, hall&#243; al rey de Asiria que combat&#237;a contra Libna; porque ya hab&#237;a o&#237;do que se hab&#237;a apartado de Laquis. 9Mas oyendo decir de Tirhaca rey de Etiop&#237;a: He aqu&#237; que ha salido para hacerte guerra; al o&#237;rlo, envi&#243; embajadores a Ezequ&#237;as, diciendo: 10As&#237; dir&#233;is a Ezequ&#237;as rey de Jud&#225;: No te enga&#241;e tu Dios en quien t&#250; conf&#237;as, diciendo: Jerusal&#233;n no ser&#225; entregada en mano del rey de Asiria. 11He aqu&#237; que t&#250; o&#237;ste lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; &#191;y escapar&#225;s t&#250;? 12&#191;Acaso libraron sus dioses a las naciones que destruyeron mis antepasados, a Goz&#225;n, Har&#225;n, Resef y a los hijos de Ed&#233;n que moraban en Telasar? 13&#191;D&#243;nde est&#225; el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?</div><div class="p"> 14Y tom&#243; Ezequ&#237;as las cartas de mano de los embajadores, y las ley&#243;; y subi&#243; a la casa de Jehov&#225;, y las extendi&#243; delante de Jehov&#225;. 15Entonces Ezequ&#237;as or&#243; a Jehov&#225;, diciendo: 16Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines,#Ex. 25.22. solo t&#250; eres Dios de todos los reinos de la tierra; t&#250; hiciste los cielos y la tierra. 17Inclina, oh Jehov&#225;, tu o&#237;do, y oye; abre, oh Jehov&#225;, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. 18Ciertamente, oh Jehov&#225;, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras y sus comarcas, 19y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron. 20Ahora pues, Jehov&#225; Dios nuestro, l&#237;branos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que solo t&#250; eres Jehov&#225;.</div><div class="p"> 21Entonces Isa&#237;as hijo de Amoz envi&#243; a decir a Ezequ&#237;as: As&#237; ha dicho Jehov&#225; Dios de Israel: Acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria, 22estas son las palabras que Jehov&#225; habl&#243; contra &#233;l: La virgen hija de Sion te menosprecia, te escarnece; detr&#225;s de ti mueve su cabeza la hija de Jerusal&#233;n.</div><div class="p"> 23&#191;A qui&#233;n vituperaste, y a qui&#233;n blasfemaste? &#191;Contra qui&#233;n has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel. 24Por mano de tus siervos has vituperado al Se&#241;or, y dijiste: Con la multitud de mis carros subir&#233; a las alturas de los montes, a las laderas del L&#237;bano; cortar&#233; sus altos cedros, sus cipreses escogidos; llegar&#233; hasta sus m&#225;s elevadas cumbres, al bosque de sus feraces campos. 25Yo cav&#233;, y beb&#237; las aguas, y con las pisadas de mis pies secar&#233; todos los r&#237;os de Egipto.</div><div class="p"> 26&#191;No has o&#237;do decir que desde tiempos antiguos yo lo hice, que desde los d&#237;as de la antig&#252;edad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y t&#250; ser&#225;s para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros. 27Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confusos, fueron como hierba del campo y hortaliza verde, como heno de los terrados, que antes de saz&#243;n se seca.</div><div class="p"> 28He conocido tu condici&#243;n, tu salida y tu entrada, y tu furor contra m&#237;. 29Porque contra m&#237; te airaste, y tu arrogancia ha subido a mis o&#237;dos; pondr&#233;, pues, mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te har&#233; volver por el camino por donde viniste.</div><div class="p"> 30Y esto te ser&#225; por se&#241;al: Comer&#233;is este a&#241;o lo que nace de suyo, y el a&#241;o segundo lo que nace de suyo; y el a&#241;o tercero sembrar&#233;is y segar&#233;is, y plantar&#233;is vi&#241;as, y comer&#233;is su fruto. 31Y lo que hubiere quedado de la casa de Jud&#225; y lo que hubiere escapado, volver&#225; a echar ra&#237;z abajo, y dar&#225; fruto arriba. 32Porque de Jerusal&#233;n saldr&#225; un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos har&#225; esto.</div><div class="p"> 33Por tanto, as&#237; dice Jehov&#225; acerca del rey de Asiria: No entrar&#225; en esta ciudad, ni arrojar&#225; saeta en ella; no vendr&#225; delante de ella con escudo, ni levantar&#225; contra ella baluarte. 34Por el camino que vino, volver&#225;, y no entrar&#225; en esta ciudad, dice Jehov&#225;. 35Porque yo amparar&#233; a esta ciudad para salvarla, por amor de m&#237; mismo, y por amor de David mi siervo.</div><div class="p"> 36Y sali&#243; el &#225;ngel de Jehov&#225; y mat&#243; a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la ma&#241;ana, he aqu&#237; que todo era cuerpos de muertos. 37Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, e hizo su morada en N&#237;nive. 38Y aconteci&#243; que mientras adoraba en el templo de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer le mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y rein&#243; en su lugar Esar-had&#243;n su hijo.</div>
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 <div class="chapter ch38" data-usfm="ISA.38">
 <div class="label">38</div><div class="s">Enfermedad de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 R. 20.1-11; 2 Cr. 32.24-26)</div><div class="p"> 1En aquellos d&#237;as Ezequ&#237;as enferm&#243; de muerte. Y vino a &#233;l el profeta Isa&#237;as hijo de Amoz, y le dijo: Jehov&#225; dice as&#237;: Ordena tu casa, porque morir&#225;s, y no vivir&#225;s. 2Entonces volvi&#243; Ezequ&#237;as su rostro a la pared, e hizo oraci&#243;n a Jehov&#225;, 3y dijo: Oh Jehov&#225;, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con &#237;ntegro coraz&#243;n, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y llor&#243; Ezequ&#237;as con gran lloro. 4Entonces vino palabra de Jehov&#225; a Isa&#237;as, diciendo: 5Ve y di a Ezequ&#237;as: Jehov&#225; Dios de David tu padre dice as&#237;: He o&#237;do tu oraci&#243;n, y visto tus l&#225;grimas; he aqu&#237; que yo a&#241;ado a tus d&#237;as quince a&#241;os. 6Y te librar&#233; a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad amparar&#233;.</div><div class="p"> 7Y esto te ser&#225; se&#241;al de parte de Jehov&#225;, que Jehov&#225; har&#225; esto que ha dicho: 8He aqu&#237; yo har&#233; volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atr&#225;s. Y volvi&#243; el sol diez grados atr&#225;s, por los cuales hab&#237;a ya descendido.</div><div class="p"> 9Escritura de Ezequ&#237;as rey de Jud&#225;, de cuando enferm&#243; y san&#243; de su enfermedad: 10Yo dije: A la mitad de mis d&#237;as ir&#233; a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis a&#241;os. 11Dije: No ver&#233; a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes; ya no ver&#233; m&#225;s hombre con los moradores del mundo. 12Mi morada ha sido movida y traspasada de m&#237;, como tienda de pastor. Como tejedor cort&#233; mi vida; me cortar&#225; con la enfermedad; me consumir&#225;s entre el d&#237;a y la noche. 13Contaba yo hasta la ma&#241;ana. Como un le&#243;n moli&#243; todos mis huesos; de la ma&#241;ana a la noche me acabar&#225;s.</div><div class="p"> 14Como la grulla y como la golondrina me quejaba; gem&#237;a como la paloma; alzaba en alto mis ojos. Jehov&#225;, violencia padezco; fortal&#233;ceme. 15&#191;Qu&#233; dir&#233;? El que me lo dijo, &#233;l mismo lo ha hecho. Andar&#233; humildemente todos mis a&#241;os, a causa de aquella amargura de mi alma.</div><div class="p"> 16Oh Se&#241;or, por todas estas cosas los hombres vivir&#225;n, y en todas ellas est&#225; la vida de mi esp&#237;ritu; pues t&#250; me restablecer&#225;s, y har&#225;s que viva. 17He aqu&#237;, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agrad&#243; librar mi vida del hoyo de corrupci&#243;n; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. 18Porque el Seol no te exaltar&#225;, ni te alabar&#225; la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperar&#225;n tu verdad. 19El que vive, el que vive, este te dar&#225; alabanza, como yo hoy; el padre har&#225; notoria tu verdad a los hijos. 20Jehov&#225; me salvar&#225;; por tanto cantaremos nuestros c&#225;nticos en la casa de Jehov&#225; todos los d&#237;as de nuestra vida.</div><div class="p"> 21Y hab&#237;a dicho Isa&#237;as: Tomen masa de higos, y p&#243;nganla en la llaga, y sanar&#225;. 22Hab&#237;a asimismo dicho Ezequ&#237;as: &#191;Qu&#233; se&#241;al tendr&#233; de que subir&#233; a la casa de Jehov&#225;?</div>
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 <div class="chapter ch39" data-usfm="ISA.39">
 <div class="label">39</div><div class="s">Ezequ&#237;as recibe a los enviados de Babilonia</div><div class="r">(2 R. 20.12-19; 2 Cr. 32.27-31)</div><div class="p"> 1En aquel tiempo Merodac-balad&#225;n hijo de Balad&#225;n, rey de Babilonia, envi&#243; cartas y presentes a Ezequ&#237;as; porque supo que hab&#237;a estado enfermo, y que hab&#237;a convalecido. 2Y se regocij&#243; con ellos Ezequ&#237;as, y les mostr&#243; la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ung&#252;entos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequ&#237;as no les mostrase. 3Entonces el profeta Isa&#237;as vino al rey Ezequ&#237;as, y le dijo: &#191;Qu&#233; dicen estos hombres, y de d&#243;nde han venido a ti? Y Ezequ&#237;as respondi&#243;: De tierra muy lejana han venido a m&#237;, de Babilonia. 4Dijo entonces: &#191;Qu&#233; han visto en tu casa? Y dijo Ezequ&#237;as: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna cosa hay en mis tesoros que no les haya mostrado.</div><div class="p"> 5Entonces dijo Isa&#237;as a Ezequ&#237;as: Oye palabra de Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos: 6He aqu&#237; vienen d&#237;as en que ser&#225; llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedar&#225;, dice Jehov&#225;. 7De tus hijos que saldr&#225;n de ti, y que habr&#225;s engendrado, tomar&#225;n, y ser&#225;n eunucos en el palacio del rey de Babilonia.#2 R. 24.10-16; 2 Cr. 36.10; Dn. 1.1-7. 8Y dijo Ezequ&#237;as a Isa&#237;as: La palabra de Jehov&#225; que has hablado es buena. Y a&#241;adi&#243;: A lo menos, haya paz y seguridad en mis d&#237;as.</div>
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 <div class="book bk2KI">
 <div class="chapter ch18" data-usfm="2KI.18.13+2KI.18.14+2KI.18.15+2KI.18.16+2KI.18.17+2KI.18.18+2KI.18.19+2KI.18.20+2KI.18.21+2KI.18.22+2KI.18.23+2KI.18.24+2KI.18.25+2KI.18.26+2KI.18.27+2KI.18.28+2KI.18.29+2KI.18.30+2KI.18.31+2KI.18.32+2KI.18.33+2KI.18.34+2KI.18.35+2KI.18.36+2KI.18.37">
 <div class="p">13A los catorce a&#241;os del rey Ezequ&#237;as, subi&#243; Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fortificadas de Jud&#225;, y las tom&#243;. 14Entonces Ezequ&#237;as rey de Jud&#225; envi&#243; a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; ap&#225;rtate de m&#237;, y har&#233; todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequ&#237;as rey de Jud&#225; trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. 15Dio, por tanto, Ezequ&#237;as toda la plata que fue hallada en la casa de Jehov&#225;, y en los tesoros de la casa real. 16Entonces Ezequ&#237;as quit&#243; el oro de las puertas del templo de Jehov&#225; y de los quiciales que el mismo rey Ezequ&#237;as hab&#237;a cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria. 17Despu&#233;s el rey de Asiria envi&#243; contra el rey Ezequ&#237;as al Tart&#225;n, al Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ej&#233;rcito, desde Laquis contra Jerusal&#233;n, y subieron y vinieron a Jerusal&#233;n. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador. 18Llamaron luego al rey, y sali&#243; a ellos Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.</div><div class="p"> 19Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequ&#237;as: As&#237; dice el gran rey de Asiria: &#191;Qu&#233; confianza es esta en que te apoyas? 20Dices (pero son palabras vac&#237;as): Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas &#191;en qu&#233; conf&#237;as, que te has rebelado contra m&#237;? 21He aqu&#237; que conf&#237;as en este b&#225;culo de ca&#241;a cascada, en Egipto, en el cual si alguno se apoyare, se le entrar&#225; por la mano y la traspasar&#225;. Tal es Fara&#243;n rey de Egipto para todos los que en &#233;l conf&#237;an. 22Y si me dec&#237;s: Nosotros confiamos en Jehov&#225; nuestro Dios, &#191;no es este aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequ&#237;as, y ha dicho a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n: Delante de este altar adorar&#233;is en Jerusal&#233;n? 23Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes a mi se&#241;or, el rey de Asiria, y yo te dar&#233; dos mil caballos, si t&#250; puedes dar jinetes para ellos. 24&#191;C&#243;mo, pues, podr&#225;s resistir a un capit&#225;n, al menor de los siervos de mi se&#241;or, aunque est&#233;s confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? 25&#191;Acaso he venido yo ahora sin Jehov&#225; a este lugar, para destruirlo? Jehov&#225; me ha dicho: Sube a esta tierra, y destr&#250;yela.</div><div class="p"> 26Entonces dijo Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, y Sebna y Joa, al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua de Jud&#225; a o&#237;dos del pueblo que est&#225; sobre el muro. 27Y el Rabsaces les dijo: &#191;Me ha enviado mi se&#241;or para decir estas palabras a ti y a tu se&#241;or, y no a los hombres que est&#225;n sobre el muro, expuestos a comer su propio esti&#233;rcol y beber su propia orina con vosotros?</div><div class="p"> 28Entonces el Rabsaces se puso en pie y clam&#243; a gran voz en lengua de Jud&#225;, y habl&#243; diciendo: O&#237;d la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29As&#237; ha dicho el rey: No os enga&#241;e Ezequ&#237;as, porque no os podr&#225; librar de mi mano. 30Y no os haga Ezequ&#237;as confiar en Jehov&#225;, diciendo: Ciertamente nos librar&#225; Jehov&#225;, y esta ciudad no ser&#225; entregada en mano del rey de Asiria. 31No escuch&#233;is a Ezequ&#237;as, porque as&#237; dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a m&#237;, y coma cada uno de su vid y de su higuera, y beba cada uno las aguas de su pozo, 32hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de vi&#241;as, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y vivir&#233;is, y no morir&#233;is. No oig&#225;is a Ezequ&#237;as, porque os enga&#241;a cuando dice: Jehov&#225; nos librar&#225;. 33&#191;Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 34&#191;D&#243;nde est&#225; el dios de Hamat y de Arfad? &#191;D&#243;nde est&#225; el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? &#191;Pudieron estos librar a Samaria de mi mano? 35&#191;Qu&#233; dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que Jehov&#225; libre de mi mano a Jerusal&#233;n?</div><div class="p"> 36Pero el pueblo call&#243;, y no le respondi&#243; palabra; porque hab&#237;a mandamiento del rey, el cual hab&#237;a dicho: No le respond&#225;is. 37Entonces Eliaquim hijo de Hilc&#237;as, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequ&#237;as, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.</div>
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 <div class="book bk2KI">
 <div class="chapter ch19" data-usfm="2KI.19">
 <div class="label">19</div><div class="s">Jud&#225; es librado de Senaquerib</div><div class="r">(2 Cr. 32.20-23; Is. 37.1-38)</div><div class="p"> 1Cuando el rey Ezequ&#237;as lo oy&#243;, rasg&#243; sus vestidos y se cubri&#243; de cilicio, y entr&#243; en la casa de Jehov&#225;. 2Y envi&#243; a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isa&#237;as hijo de Amoz, 3para que le dijesen: As&#237; ha dicho Ezequ&#237;as: Este d&#237;a es d&#237;a de angustia, de reprensi&#243;n y de blasfemia; porque los hijos est&#225;n a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas. 4Quiz&#225; oir&#225; Jehov&#225; tu Dios todas las palabras del Rabsaces, a quien el rey de los asirios su se&#241;or ha enviado para blasfemar al Dios viviente, y para vituperar con palabras, las cuales Jehov&#225; tu Dios ha o&#237;do; por tanto, eleva oraci&#243;n por el remanente que a&#250;n queda. 5Vinieron, pues, los siervos del rey Ezequ&#237;as a Isa&#237;as. 6E Isa&#237;as les respondi&#243;: As&#237; dir&#233;is a vuestro se&#241;or: As&#237; ha dicho Jehov&#225;: No temas por las palabras que has o&#237;do, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. 7He aqu&#237; pondr&#233; yo en &#233;l un esp&#237;ritu, y oir&#225; rumor, y volver&#225; a su tierra; y har&#233; que en su tierra caiga a espada.</div><div class="p"> 8Y regresando el Rabsaces, hall&#243; al rey de Asiria combatiendo contra Libna; porque oy&#243; que se hab&#237;a ido de Laquis. 9Y oy&#243; decir que Tirhaca rey de Etiop&#237;a hab&#237;a salido para hacerle guerra. Entonces volvi&#243; &#233;l y envi&#243; embajadores a Ezequ&#237;as, diciendo: 10As&#237; dir&#233;is a Ezequ&#237;as rey de Jud&#225;: No te enga&#241;e tu Dios en quien t&#250; conf&#237;as, para decir: Jerusal&#233;n no ser&#225; entregada en mano del rey de Asiria. 11He aqu&#237; t&#250; has o&#237;do lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruy&#233;ndolas; &#191;y escapar&#225;s t&#250;? 12&#191;Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron, esto es, Goz&#225;n, Har&#225;n, Resef, y los hijos de Ed&#233;n que estaban en Telasar? 13&#191;D&#243;nde est&#225; el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?</div><div class="p"> 14Y tom&#243; Ezequ&#237;as las cartas de mano de los embajadores; y despu&#233;s que las hubo le&#237;do, subi&#243; a la casa de Jehov&#225;, y las extendi&#243; Ezequ&#237;as delante de Jehov&#225;. 15Y or&#243; Ezequ&#237;as delante de Jehov&#225;, diciendo: Jehov&#225; Dios de Israel, que moras entre los querubines,#Ex. 25.22. solo t&#250; eres Dios de todos los reinos de la tierra; t&#250; hiciste el cielo y la tierra. 16Inclina, oh Jehov&#225;, tu o&#237;do, y oye; abre, oh Jehov&#225;, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. 17Es verdad, oh Jehov&#225;, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras; 18y que echaron al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y por eso los destruyeron. 19Ahora, pues, oh Jehov&#225; Dios nuestro, s&#225;lvanos, te ruego, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que solo t&#250;, Jehov&#225;, eres Dios. 20Entonces Isa&#237;as hijo de Amoz envi&#243; a decir a Ezequ&#237;as: As&#237; ha dicho Jehov&#225;, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he o&#237;do. 21Esta es la palabra que Jehov&#225; ha pronunciado acerca de &#233;l: La virgen hija de Sion te menosprecia, te escarnece; detr&#225;s de ti mueve su cabeza la hija de Jerusal&#233;n. 22&#191;A qui&#233;n has vituperado y blasfemado? &#191;y contra qui&#233;n has alzado la voz, y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel. 23Por mano de tus mensajeros has vituperado a Jehov&#225;, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de los montes, a lo m&#225;s inaccesible del L&#237;bano; cortar&#233; sus altos cedros, sus cipreses m&#225;s escogidos; me alojar&#233; en sus m&#225;s remotos lugares, en el bosque de sus feraces campos. 24Yo he cavado y bebido las aguas extra&#241;as, he secado con las plantas de mis pies todos los r&#237;os de Egipto. 25&#191;Nunca has o&#237;do que desde tiempos antiguos yo lo hice, y que desde los d&#237;as de la antig&#252;edad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y t&#250; ser&#225;s para hacer desolaciones, para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros. 26Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confundidos; vinieron a ser como la hierba del campo, y como hortaliza verde, como heno de los terrados, marchitado antes de su madurez. 27He conocido tu situaci&#243;n, tu salida y tu entrada, y tu furor contra m&#237;. 28Por cuanto te has airado contra m&#237;, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis o&#237;dos, yo pondr&#233; mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te har&#233; volver por el camino por donde viniste.</div><div class="p"> 29Y esto te dar&#233; por se&#241;al, oh Ezequ&#237;as: Este a&#241;o comer&#233;is lo que nacer&#225; de suyo, y el segundo a&#241;o lo que nacer&#225; de suyo; y el tercer a&#241;o sembrar&#233;is, y segar&#233;is, y plantar&#233;is vi&#241;as, y comer&#233;is el fruto de ellas. 30Y lo que hubiere escapado, lo que hubiere quedado de la casa de Jud&#225;, volver&#225; a echar ra&#237;ces abajo, y llevar&#225; fruto arriba. 31Porque saldr&#225; de Jerusal&#233;n remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos har&#225; esto.</div><div class="p"> 32Por tanto, as&#237; dice Jehov&#225; acerca del rey de Asiria: No entrar&#225; en esta ciudad, ni echar&#225; saeta en ella; ni vendr&#225; delante de ella con escudo, ni levantar&#225; contra ella baluarte. 33Por el mismo camino que vino, volver&#225;, y no entrar&#225; en esta ciudad, dice Jehov&#225;. 34Porque yo amparar&#233; esta ciudad para salvarla, por amor a m&#237; mismo, y por amor a David mi siervo.</div><div class="p"> 35Y aconteci&#243; que aquella misma noche sali&#243; el &#225;ngel de Jehov&#225;, y mat&#243; en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la ma&#241;ana, he aqu&#237; que todo era cuerpos de muertos. 36Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvi&#243; a N&#237;nive, donde se qued&#243;. 37Y aconteci&#243; que mientras &#233;l adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat. Y rein&#243; en su lugar Esar-had&#243;n su hijo.</div>
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 <div class="book bk2KI">
 <div class="chapter ch20" data-usfm="2KI.20">
 <div class="label">20</div><div class="s">Enfermedad de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 Cr. 32.24-26; Is. 38.1-22)</div><div class="p"> 1En aquellos d&#237;as Ezequ&#237;as cay&#243; enfermo de muerte. Y vino a &#233;l el profeta Isa&#237;as hijo de Amoz, y le dijo: Jehov&#225; dice as&#237;: Ordena tu casa, porque morir&#225;s, y no vivir&#225;s. 2Entonces &#233;l volvi&#243; su rostro a la pared, y or&#243; a Jehov&#225; y dijo: 3Te ruego, oh Jehov&#225;, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con &#237;ntegro coraz&#243;n, y que he hecho las cosas que te agradan. Y llor&#243; Ezequ&#237;as con gran lloro. 4Y antes que Isa&#237;as saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehov&#225; a Isa&#237;as, diciendo: 5Vuelve, y di a Ezequ&#237;as, pr&#237;ncipe de mi pueblo: As&#237; dice Jehov&#225;, el Dios de David tu padre: Yo he o&#237;do tu oraci&#243;n, y he visto tus l&#225;grimas; he aqu&#237; que yo te sano; al tercer d&#237;a subir&#225;s a la casa de Jehov&#225;. 6Y a&#241;adir&#233; a tus d&#237;as quince a&#241;os, y te librar&#233; a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y amparar&#233; esta ciudad por amor a m&#237; mismo, y por amor a David mi siervo. 7Y dijo Isa&#237;as: Tomad masa de higos. Y tom&#225;ndola, la pusieron sobre la llaga, y san&#243;.</div><div class="p"> 8Y Ezequ&#237;as hab&#237;a dicho a Isa&#237;as: &#191;Qu&#233; se&#241;al tendr&#233; de que Jehov&#225; me sanar&#225;, y que subir&#233; a la casa de Jehov&#225; al tercer d&#237;a? 9Respondi&#243; Isa&#237;as: Esta se&#241;al tendr&#225;s de Jehov&#225;, de que har&#225; Jehov&#225; esto que ha dicho: &#191;Avanzar&#225; la sombra diez grados, o retroceder&#225; diez grados? 10Y Ezequ&#237;as respondi&#243;: F&#225;cil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atr&#225;s diez grados. 11Entonces el profeta Isa&#237;as clam&#243; a Jehov&#225;; e hizo volver la sombra por los grados que hab&#237;a descendido en el reloj de Acaz, diez grados atr&#225;s.</div><div class="s">Ezequ&#237;as recibe a los enviados de Babilonia</div><div class="r">(2 Cr. 32.27-31; Is. 39.1-8)</div><div class="p"> 12En aquel tiempo Merodac-balad&#225;n hijo de Balad&#225;n, rey de Babilonia, envi&#243; mensajeros con cartas y presentes a Ezequ&#237;as, porque hab&#237;a o&#237;do que Ezequ&#237;as hab&#237;a ca&#237;do enfermo. 13Y Ezequ&#237;as los oy&#243;, y les mostr&#243; toda la casa de sus tesoros, plata, oro, y especias, y ung&#252;entos preciosos, y la casa de sus armas, y todo lo que hab&#237;a en sus tesoros; ninguna cosa qued&#243; que Ezequ&#237;as no les mostrase, as&#237; en su casa como en todos sus dominios. 14Entonces el profeta Isa&#237;as vino al rey Ezequ&#237;as, y le dijo: &#191;Qu&#233; dijeron aquellos varones, y de d&#243;nde vinieron a ti? Y Ezequ&#237;as le respondi&#243;: De lejanas tierras han venido, de Babilonia. 15Y &#233;l le volvi&#243; a decir: &#191;Qu&#233; vieron en tu casa? Y Ezequ&#237;as respondi&#243;: Vieron todo lo que hab&#237;a en mi casa; nada qued&#243; en mis tesoros que no les mostrase.</div><div class="p"> 16Entonces Isa&#237;as dijo a Ezequ&#237;as: Oye palabra de Jehov&#225;: 17He aqu&#237; vienen d&#237;as en que todo lo que est&#225; en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, ser&#225; llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehov&#225;.#2 R. 24.13; 2 Cr. 36.10. 18Y de tus hijos que saldr&#225;n de ti, que habr&#225;s engendrado, tomar&#225;n, y ser&#225;n eunucos en el palacio del rey de Babilonia.#2 R. 24.14-15; Dn. 1.1-7. 19Entonces Ezequ&#237;as dijo a Isa&#237;as: La palabra de Jehov&#225; que has hablado, es buena. Despu&#233;s dijo: Habr&#225; al menos paz y seguridad en mis d&#237;as.</div><div class="s">Muerte de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 Cr. 32.32-33)</div><div class="p"> 20Los dem&#225;s hechos de Ezequ&#237;as, y todo su poder&#237;o, y c&#243;mo hizo el estanque y el conducto, y meti&#243; las aguas en la ciudad, &#191;no est&#225; escrito en el libro de las cr&#243;nicas de los reyes de Jud&#225;? 21Y durmi&#243; Ezequ&#237;as con sus padres, y rein&#243; en su lugar Manas&#233;s su hijo.</div>
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