La importancia de orar con la Palabra

Quiero Dejar El Odio

¡OJO! Cuidado Con El Espíritu De Temor

Renovando la esperanza en el matrimonio compuesto

Disfrutando los Planes de Dios

Jesús Ve

Creer Y Descansar, Para Su Herencia Alcanzar

"Yo Soy", En Medio De Tus Tormentas

Recargando mi mente

Resiliente

Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="chapter ch2" data-usfm="1KI.2.1+1KI.2.2+1KI.2.3+1KI.2.4+1KI.2.5+1KI.2.6+1KI.2.7+1KI.2.8+1KI.2.9+1KI.2.10+1KI.2.11+1KI.2.12+1KI.2.13+1KI.2.14+1KI.2.15+1KI.2.16+1KI.2.17+1KI.2.18+1KI.2.19+1KI.2.20+1KI.2.21+1KI.2.22+1KI.2.23+1KI.2.24+1KI.2.25+1KI.2.26+1KI.2.27+1KI.2.28+1KI.2.29+1KI.2.30+1KI.2.31+1KI.2.32+1KI.2.33+1KI.2.34+1KI.2.35+1KI.2.36+1KI.2.37+1KI.2.38+1KI.2.39+1KI.2.40+1KI.2.41+1KI.2.42+1KI.2.43+1KI.2.44+1KI.2.45+1KI.2.46">
 <div class="p">1Llegaron los d&#237;as en que David hab&#237;a de morir, y orden&#243; a Salom&#243;n su hijo, diciendo: 2Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfu&#233;rzate, y s&#233; hombre. 3Guarda los preceptos de Jehov&#225; tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que est&#225; escrito en la ley de Mois&#233;s, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; 4para que confirme Jehov&#225; la palabra que me habl&#243;, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de m&#237; con verdad, de todo su coraz&#243;n y de toda su alma, jam&#225;s, dice, faltar&#225; a ti var&#243;n en el trono de Israel.</div><div class="p"> 5Ya sabes t&#250; lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ej&#233;rcito de Israel, a Abner#2 S. 3.27. hijo de Ner y a Amasa#2 S. 20.10. hijo de Jeter, a los cuales &#233;l mat&#243;, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que ten&#237;a sobre sus lomos, y en los zapatos que ten&#237;a en sus pies. 6T&#250;, pues, har&#225;s conforme a tu sabidur&#237;a; no dejar&#225;s descender sus canas al Seol en paz. 7Mas a los hijos de Barzilai#2 S. 17.27-29. galaadita har&#225;s misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a m&#237;, cuando iba huyendo de Absal&#243;n tu hermano. 8Tambi&#233;n tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjam&#237;n, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldici&#243;n fuerte el d&#237;a que yo iba a Mahanaim.#2 S. 16.5-13. Mas &#233;l mismo descendi&#243; a recibirme al Jord&#225;n, y yo le jur&#233; por Jehov&#225; diciendo: Yo no te matar&#233; a espada.#2 S. 19.16-23. 9Pero ahora no lo absolver&#225;s; pues hombre sabio eres, y sabes c&#243;mo debes hacer con &#233;l; y har&#225;s descender sus canas con sangre al Seol.</div><div class="s">Muerte de David</div><div class="r">(1 Cr. 29.26-30)</div><div class="p"> 10Y durmi&#243; David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad. 11Los d&#237;as que rein&#243; David sobre Israel fueron cuarenta a&#241;os; siete a&#241;os rein&#243; en Hebr&#243;n, y treinta y tres a&#241;os rein&#243; en Jerusal&#233;n.#2 S. 5.4-5; 1 Cr. 3.4. 12Y se sent&#243; Salom&#243;n en el trono de David su padre,#1 Cr. 29.23. y su reino fue firme en gran manera.</div><div class="s">Salom&#243;n afirma su reino</div><div class="p"> 13Entonces Adon&#237;as hijo de Haguit vino a Betsab&#233; madre de Salom&#243;n; y ella le dijo: &#191;Es tu venida de paz? &#201;l respondi&#243;: S&#237;, de paz. 14En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di. 15&#201;l dijo: T&#250; sabes que el reino era m&#237;o, y que todo Israel hab&#237;a puesto en m&#237; su rostro para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano, porque por Jehov&#225; era suyo. 16Ahora yo te hago una petici&#243;n; no me la niegues. Y ella le dijo: Habla. 17&#201;l entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salom&#243;n (porque &#233;l no te lo negar&#225;), para que me d&#233; a Abisag sunamita por mujer. 18Y Betsab&#233; dijo: Bien; yo hablar&#233; por ti al rey.</div><div class="p"> 19Vino Betsab&#233; al rey Salom&#243;n para hablarle por Adon&#237;as. Y el rey se levant&#243; a recibirla, y se inclin&#243; ante ella, y volvi&#243; a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sent&#243; a su diestra. 20Y ella dijo: Una peque&#241;a petici&#243;n pretendo de ti; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre m&#237;a, que yo no te la negar&#233;. 21Y ella dijo: D&#233;se Abisag sunamita por mujer a tu hermano Adon&#237;as. 22El rey Salom&#243;n respondi&#243; y dijo a su madre: &#191;Por qu&#233; pides a Abisag sunamita para Adon&#237;as? Demanda tambi&#233;n para &#233;l el reino; porque &#233;l es mi hermano mayor, y ya tiene tambi&#233;n al sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia. 23Y el rey Salom&#243;n jur&#243; por Jehov&#225;, diciendo: As&#237; me haga Dios y aun me a&#241;ada, que contra su vida ha hablado Adon&#237;as estas palabras. 24Ahora, pues, vive Jehov&#225;, quien me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me ha hecho casa, como me hab&#237;a dicho, que Adon&#237;as morir&#225; hoy. 25Entonces el rey Salom&#243;n envi&#243; por mano de Bena&#237;a hijo de Joiada, el cual arremeti&#243; contra &#233;l, y muri&#243;.</div><div class="p"> 26Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te matar&#233; hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehov&#225; el Se&#241;or delante de David mi padre,#2 S. 15.24. y adem&#225;s has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.#1 S. 22.20-23. 27As&#237; ech&#243; Salom&#243;n a Abiatar del sacerdocio de Jehov&#225;, para que se cumpliese la palabra de Jehov&#225; que hab&#237;a dicho sobre la casa de El&#237; en Silo.#1 S. 2.27-36.</div><div class="p"> 28Y vino la noticia a Joab; porque tambi&#233;n Joab se hab&#237;a adherido a Adon&#237;as, si bien no se hab&#237;a adherido a Absal&#243;n. Y huy&#243; Joab al tabern&#225;culo de Jehov&#225;, y se asi&#243; de los cuernos del altar. 29Y se le hizo saber a Salom&#243;n que Joab hab&#237;a huido al tabern&#225;culo de Jehov&#225;, y que estaba junto al altar. Entonces envi&#243; Salom&#243;n a Bena&#237;a hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra &#233;l. 30Y entr&#243; Bena&#237;a al tabern&#225;culo de Jehov&#225;, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y &#233;l dijo: No, sino que aqu&#237; morir&#233;. Y Bena&#237;a volvi&#243; con esta respuesta al rey, diciendo: As&#237; dijo Joab, y as&#237; me respondi&#243;. 31Y el rey le dijo: Haz como &#233;l ha dicho; m&#225;tale y enti&#233;rrale, y quita de m&#237; y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. 32Y Jehov&#225; har&#225; volver su sangre sobre su cabeza; porque &#233;l ha dado muerte a dos varones m&#225;s justos y mejores que &#233;l, a los cuales mat&#243; a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ej&#233;rcito de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ej&#233;rcito de Jud&#225;. 33La sangre, pues, de ellos recaer&#225; sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; mas sobre David y sobre su descendencia, y sobre su casa y sobre su trono, habr&#225; perpetuamente paz de parte de Jehov&#225;. 34Entonces Bena&#237;a hijo de Joiada subi&#243; y arremeti&#243; contra &#233;l, y lo mat&#243;; y fue sepultado en su casa en el desierto. 35Y el rey puso en su lugar a Bena&#237;a hijo de Joiada sobre el ej&#233;rcito, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.</div><div class="p"> 36Despu&#233;s envi&#243; el rey e hizo venir a Simei, y le dijo: Edif&#237;cate una casa en Jerusal&#233;n y mora ah&#237;, y no salgas de all&#237; a una parte ni a otra; 37porque sabe de cierto que el d&#237;a que salieres y pasares el torrente de Cedr&#243;n, sin duda morir&#225;s, y tu sangre ser&#225; sobre tu cabeza. 38Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi se&#241;or ha dicho, as&#237; lo har&#225; tu siervo. Y habit&#243; Simei en Jerusal&#233;n muchos d&#237;as.</div><div class="p"> 39Pero pasados tres a&#241;os, aconteci&#243; que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aqu&#237; que tus siervos est&#225;n en Gat. 40Entonces Simei se levant&#243; y ensill&#243; su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat. 41Luego fue dicho a Salom&#243;n que Simei hab&#237;a ido de Jerusal&#233;n hasta Gat, y que hab&#237;a vuelto. 42Entonces el rey envi&#243; e hizo venir a Simei, y le dijo: &#191;No te hice jurar yo por Jehov&#225;, y te protest&#233; diciendo: El d&#237;a que salieres y fueres ac&#225; o all&#225;, sabe de cierto que morir&#225;s? Y t&#250; me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco. 43&#191;Por qu&#233;, pues, no guardaste el juramento de Jehov&#225;, y el mandamiento que yo te impuse? 44Dijo adem&#225;s el rey a Simei: T&#250; sabes todo el mal, el cual tu coraz&#243;n bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehov&#225;, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza. 45Y el rey Salom&#243;n ser&#225; bendito, y el trono de David ser&#225; firme perpetuamente delante de Jehov&#225;. 46Entonces el rey mand&#243; a Bena&#237;a hijo de Joiada, el cual sali&#243; y lo hiri&#243;, y muri&#243;.</div><div class="p">Y el reino fue confirmado en la mano de Salom&#243;n.</div>
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 <div class="chapter ch3" data-usfm="1KI.3.1+1KI.3.2+1KI.3.3+1KI.3.4+1KI.3.5+1KI.3.6+1KI.3.7+1KI.3.8+1KI.3.9+1KI.3.10+1KI.3.11+1KI.3.12+1KI.3.13+1KI.3.14+1KI.3.15+1KI.3.16+1KI.3.17+1KI.3.18+1KI.3.19+1KI.3.20+1KI.3.21+1KI.3.22+1KI.3.23+1KI.3.24+1KI.3.25+1KI.3.26+1KI.3.27+1KI.3.28">
 <div class="p">1Salom&#243;n hizo parentesco con Fara&#243;n rey de Egipto, pues tom&#243; la hija de Fara&#243;n, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehov&#225;, y los muros de Jerusal&#233;n alrededor. 2Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no hab&#237;a casa edificada al nombre de Jehov&#225; hasta aquellos tiempos.</div><div class="s">Salom&#243;n pide sabidur&#237;a</div><div class="r">(2 Cr. 1.1-13)</div><div class="p"> 3Mas Salom&#243;n am&#243; a Jehov&#225;, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. 4E iba el rey a Gaba&#243;n, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba all&#237;; mil holocaustos sacrificaba Salom&#243;n sobre aquel altar. 5Y se le apareci&#243; Jehov&#225; a Salom&#243;n en Gaba&#243;n una noche en sue&#241;os, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te d&#233;. 6Y Salom&#243;n dijo: T&#250; hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque &#233;l anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de coraz&#243;n para contigo; y t&#250; le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este d&#237;a. 7Ahora pues, Jehov&#225; Dios m&#237;o, t&#250; me has puesto a m&#237; tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no s&#233; c&#243;mo entrar ni salir. 8Y tu siervo est&#225; en medio de tu pueblo al cual t&#250; escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. 9Da, pues, a tu siervo coraz&#243;n entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque &#191;qui&#233;n podr&#225; gobernar este tu pueblo tan grande?</div><div class="p"> 10Y agrad&#243; delante del Se&#241;or que Salom&#243;n pidiese esto. 11Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos d&#237;as, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para o&#237;r juicio, 12he aqu&#237; lo he hecho conforme a tus palabras; he aqu&#237; que te he dado coraz&#243;n sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como t&#250;, ni despu&#233;s de ti se levantar&#225; otro como t&#250;. 13Y aun tambi&#233;n te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como t&#250; en todos tus d&#237;as. 14Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargar&#233; tus d&#237;as.</div><div class="p"> 15Cuando Salom&#243;n despert&#243;, vio que era sue&#241;o; y vino a Jerusal&#233;n, y se present&#243; delante del arca del pacto de Jehov&#225;, y sacrific&#243; holocaustos y ofreci&#243; sacrificios de paz, e hizo tambi&#233;n banquete a todos sus siervos.</div><div class="s">Sabidur&#237;a y prosperidad de Salom&#243;n</div><div class="p"> 16En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de &#233;l. 17Y dijo una de ellas: &#161;Ah, se&#241;or m&#237;o! Yo y esta mujer mor&#225;bamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. 18Aconteci&#243; al tercer d&#237;a despu&#233;s de dar yo a luz, que esta dio a luz tambi&#233;n, y mor&#225;bamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa. 19Y una noche el hijo de esta mujer muri&#243;, porque ella se acost&#243; sobre &#233;l. 20Y se levant&#243; a medianoche y tom&#243; a mi hijo de junto a m&#237;, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso al lado m&#237;o su hijo muerto. 21Y cuando yo me levant&#233; de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aqu&#237; que estaba muerto; pero lo observ&#233; por la ma&#241;ana, y vi que no era mi hijo, el que yo hab&#237;a dado a luz. 22Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvi&#243; a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. As&#237; hablaban delante del rey.</div><div class="p"> 23El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive. 24Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. 25En seguida el rey dijo: Partid por medio al ni&#241;o vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra. 26Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habl&#243; al rey (porque sus entra&#241;as se le conmovieron por su hijo), y dijo: &#161;Ah, se&#241;or m&#237;o! dad a esta el ni&#241;o vivo, y no lo mat&#233;is. Mas la otra dijo: Ni a m&#237; ni a ti; partidlo. 27Entonces el rey respondi&#243; y dijo: Dad a aquella el hijo vivo, y no lo mat&#233;is; ella es su madre. 28Y todo Israel oy&#243; aquel juicio que hab&#237;a dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que hab&#237;a en &#233;l sabidur&#237;a de Dios para juzgar.</div>
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