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A veces, hacer lo correcto y usar nuestros dones para servir a otros puede ser agotador, especialmente cuando sentimos que lo que estamos haciendo no es apreciado o incluso no se valora. Puede ser desalentador cuando sirves a alguien y nadie se da cuenta, cuando ayudas y nadie te da las gracias. De hecho, a veces hace que ni siquiera quieras molestarte en intentarlo la próxima vez. 

Pero, Dios nos dice cuando le servimos sirviendo a otros, Dios mismo nos honrará.Es posible que las personas a las que servimos ni siquiera lo noten o lo aprecien, pero Dios está prestando atención. Dios ve lo que haces. Y Dios es honrado por ello. 

¿De qué manera puedes servir a alguien hoy, tal vez incluso sin que ellos lo sepan?

Recuerda: Es Dios quien nos honra cuando usamos nuestras habilidades y talentos para ayudar a otros.