Adán y EvaMuestra

Un nuevo Adán

La intención original de Dios de gobernar conjuntamente con el hombre no se desvaneció por el pecado de Adán; su deseo se manifestó en Jesús, completamente Dios pero también completamente hombre. Es a este misterio que denominamos encarnación, Dios hecho hombre.

El Reino de Jesús comenzó con su encarnación y hallará su máxima expresión en su segunda venida. Todas las cosas deben ser restauradas y, desde el nacimiento de Jesús, vienen restaurándose.

Lo que nosotros podríamos considerar como demora, en realidad es paciencia. Dios quiere que su Buena Noticia sea anunciada, escuchada y vivida. Él quiere que todos se salven y, en el proceso, todo está siendo restaurado. Dios cumplirá su deseo, habitará con el hombre y compartirá con él su Reino.

Jesús hizo todo esto posible; así como el pecado entró por un humano, así por un humano entró la salvación y la gracia. La historia de Adán y Eva en el huerto es una invitación a revisar nuestros corazones. ¿Seguiremos intentando definir lo que es bueno y malo por nuestra cuenta, o confiaremos en Dios y en lo que Él define como bueno y malo? ¿Será Dios nuestra primera opción o persistiremos en escuchar otras voces que nos digan por dónde caminar?

• Cuando intentas definir tu criterio sobre lo que es bueno y lo que es malo, ¿qué prima en tu reflexión, tu criterio o La Palabra de Dios?


• Si Dios llama a algo malo o incorrecto, ¿sueles estar de acuerdo? 


• Hay quienes piensan que La Biblia está pasada de moda y que muchos de sus principios son retrógradas, ¿qué dices tú al respecto?


• Por Adán entró el pecado y por Jesús entró la salvación, ¿qué significa esto en tu vida práctica? ¿Cómo lo vives?