[Serie El Señor te mantiene a salvo] Dios te escuchaMuestra

El Señor te salva

Alabemos a nuestro gran Dios, Sus maravillas son incontables, Su amor nos completa. Alabamos a Dios porque nos da salvación. Solo en Él encontramos salvación, en ningún otro lugar. Solamente Dios nos puede salvar. Por eso alegrémonos, gocémonos en Su favor. Veamos juntos Su victoria y seamos instrumento para anunciar al mundo tanta generosidad de Su parte.

Aclamemos juntos la bondad de nuestro Dios. El sol sale para todos cada mañana. La vida se nos imparte sin distinción. Su amor se manifiesta sin dudar y sin importar su condición. Alimenta a todos los seres vivos, su diseño es perfecto y funciona sin demora. Las plantas, obedientes producen su alimento, fueron equipadas con lo necesario para hacerlo. La clorofila, un diseño complejo y que se sigue estudiando para comprender, con la presencia de luz y el agua que se absorbe con nutrientes desde el suelo por medio de las raíces, comienza la producción abundante de alimento que desde las hojas se distribuye a toda la planta. Sus flores y frutos salen a tiempo y se reproducen apropiadamente. Dios las equipó para que funcionaran así. Y lo hicieran bien.

Los animales diseñados de manera tan compleja por nuestro Dios, también entran en el proceso de crecimiento por medio de su alimentación, ya sea de vegetales o de otros animales según su diseño. Dios vela por todos los detalles. A los hombres nos dio la posibilidad de alimentarnos de todo ser vivo de la creación. Nuestro Dios puso tanto detalle en la creación, e hizo algo tan hermoso y productivo para la humanidad. Cuánto más, al tratarse de la salvación tan grande y hermosa.

La creación hermosa y majestuosa, solamente es una expresión del gran Dios que tenemos. Si nos maravillamos tanto con ella, cuanto más debemos maravillarnos de Su salvación, que es más grande y sorprendente. Disfrutar de la presencia de nuestro buen Dios, nos debería asombrar a cada instante. Estar conscientes de ese gran regalo, debería marcar una gran diferencia en nuestra vida. Un antes y un después. Porque Dios mismo te habita, la Biblia nos dice que nos hizo templo del Espíritu Santo. ¿Puedes encontrar algo más majestuoso que eso? Para asegurar Su salvación, protección y adopción de hijo, nos hizo templo vivo de Su Santo Espíritu.

Oremos

Padre amado, gracias por la salvación tan grande que nos has entregado. Nos has hecho partícipes de las cosas más maravillosas que nunca nos hubiéramos imaginado. Te alabamos. Te damos gracias. Amén.