La preocupaciónMuestra

La provisión para nuestras necesidades diarias puede convertirse en una profunda preocupación. Debido a lo incierto de las cosas que nos rodean y lo frágil de nuestra humanidad, resulta imposible tener (y sostener) una comprensión saludable acerca de esto sin tener en cuenta a Dios.

Por más que nos ocupemos de nuestras necesidades diarias, la Biblia nos enseña a descansar en la providencia divina. Así como la perfección y armonía en la naturaleza no son producto del esfuerzo de los diferentes actores sino de la constante y generosa providencia de Dios, podemos confiar en que nuestras necesidades encuentran atención de Dios, gracias a Cristo.

Jesús no quiere que vivas preocupado. A través de nuestra relación con él, Dios ha prometido proveer para todas nuestras necesidades.