Tony Evans enseña sobre HebreosMuestra

Si miras hacia atrás en tu vida, ¿quién es el mejor líder con el que has trabajado o con el que has estado? ¿Cómo lo describirías? ¿Están otros de acuerdo con su liderazgo? Si a los antiguos judíos se les hiciera esta pregunta, la respuesta unánime sería Moisés, el líder y profeta más grande que jamás hayan conocido. Si eras un judío del primer siglo, Moisés era tu héroe. Entregó la palabra de Dios a Israel y supervisó el establecimiento del tabernáculo y el sistema de sacrificios. De modo que estos lectores cristianos judíos veneraron a Moisés como el gran patriarca y pastor de Israel durante el éxodo.

Moisés sirvió fielmente a Dios. Pero por muy grande que fuera Moisés, Jesús sigue siendo superior. El escritor de Hebreos nos muestra la superioridad del Hijo sobre Moisés al comparar al constructor de un edificio con el edificio mismo. No importa cuán grande sea un edificio, su creador o arquitecto siempre recibe mayor gloria que el propio edificio. Aunque Moisés sirvió fielmente dentro de Israel, Jesucristo creó a Israel. Un siervo en la casa de Dios es otra forma de decir que Moisés es un miembro del equipo. Moisés era parte importante de la casa, pero debemos reconocer que Jesús construyó la casa y está a cargo de la casa. Por eso debemos respetar y apreciar a Moisés y a otros grandes líderes de la fe, pero no colocarlo al lado de Jesús porque Él es único en su clase. 

¿Cómo puedes convertirte en un miembro fiel de la casa de Dios?