Reconfigura tu corazón: 10 días para combatir el pecadoMuestra

Antiguo Testamento versus Nuevo Testamento

¿Cuál es la diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento?

Primero se debe señalar que la palabra "testamento" significa "pacto". Entonces, la verdadera pregunta es, ¿cuál es la diferencia entre el antiguo pacto y el nuevo pacto?

La verdad es que hay varias diferencias. Pero la principal diferencia, planteada por Jeremías 31:31-34, es el corazón.

El antiguo pacto es el que se le dio a Moisés y al pueblo de Israel después de su éxodo de Egipto. Este pacto vino con una ley. Esta ley incluía los conocidos diez mandamientos. Si Israel guardaba la ley, se les permitiría morar en la presencia de Dios, en una relación con Él.

Sin embargo, Israel nunca cumplió el pacto. Constantemente quebrantaba la ley de Dios.

¿Por qué no pudieron guardar el pacto? Porque la ley estaba fuera de ellos. No estaba dentro de ellos.

El nuevo pacto sería diferente. Dios escribiría la ley de este pacto en los corazones de su pueblo. Estaría dentro de ellos.

Las leyes del exterior no pueden cambiar el interior. Debe haber un cambio en el interior para obedecer la ley en el exterior.

Tratamos de cambiarnos a nosotros mismos con influencias externas todo el tiempo. A través de todo tipo de reglas, disciplinas, rutinas y restricciones, tratamos de cambiar nuestras acciones. Tratamos de combatir el pecado, santificarnos y transformar nuestro comportamiento por leyes exteriores a nosotros mismos. Pero esto nunca funcionará.

Las leyes no pueden cambiar los corazones.

Entonces, ¿cómo usa Dios el nuevo pacto para cambiar nuestros corazones? Él cumple todos los requisitos del pacto por nosotros en Jesús. Jesús murió bajo la maldición que obtuvimos de la ley y nos dio las bendiciones del pacto que Él obtuvo; lo hizo a costa de su vida en la cruz. Tal sacrificio conmueve nuestros corazones de una nueva manera.

Pero no es solo por escuchar esta historia del Evangelio que nuestros corazones son cambiados. Algo más tiene que suceder. Después de todo, los israelitas se salvaron de Egipto y sus corazones permanecieron endurecidos hacia Dios.

Algo tenía que pasar dentro de nosotros. Por eso Dios nos da el Espíritu Santo. El Espíritu cambia nuestros corazones para que realmente crean en el Evangelio, disfruten el Evangelio y respondan a Dios a causa del Evangelio.

La diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento es que el nuevo pacto cambia nuestros corazones, para que finalmente podamos obedecer a Dios libremente.