La Armadura de DiosMuestra

Día 5

Juan 10:27

Definimos la fe con este simple significado: actuar como Dios está diciendo la verdad. La verdad es la articulación sobre la cual descansa la cuestión completa de la vida llena de fe. Si no sabes la verdad, nunca podrás saber realmente cómo actuar en conjunción con ella. Entonces la verdad del carácter de Dios y Su Palabra proporciona el marco que permite que nuestra fe florezca y prospere. La verdad de Dios es lo que hace que valga la pena tener fe en Dios. Sin verdad, no tenemos nada sólido para sostener nuestro escudo de la fe. Entonces, conocer la verdad de Dios y la verdad acerca de Dios revelada en Su Palabra es fundamental si queremos vivir nuestra fe de manera responsable y experimentar los beneficios de estar protegidos por nuestros escudos. 

Cualquier discusión sobre la fe sería incompleta sin resaltar la importancia crítica de escuchar la voz de Dios de manera clara y precisa. Si no tenemos cuidado, la fe puede fácilmente transformarse en una conducta tonta, imprudente, impulsiva, incluso imprudente y peligrosa, hecha en nombre de la fe. Pero la fe verdadera siempre debe construirse directamente sobre la base de la Palabra escrita de Dios a medida que su Espíritu te impulse a aplicarlo a tu vida. ¿Cómo describirías la diferencia entre fe y necedad? ¿Qué impide que alguien cruce el límite entre los dos? Como creyentes, tenemos el privilegio de conocer su dirección para nosotros mientras la buscamos en oración. 

Él será fiel para mostrarnos la verdad, para darnos Su dirección para el siguiente paso que se supone que debemos tomar. De hecho, tener confianza y afirmación en el próximo paso es fundamental para ayudarnos a mantener el equilibrio mientras buscamos un estilo de vida protegido por el escudo de la fe. Una vez que sepa claramente la verdad de Dios o la promesa de Dios con respecto a un asunto, es hora de avanzar de una manera que sea congruente con él. Escucha atentamente: Sus sentimientos nunca pueden ser el factor determinante final para Sus acciones. Los sentimientos cambian y están sujetos a estímulos externos. Las acciones realizadas en la fe deben estar ancladas en algo más sólido y fijo. Nuestro Dios es verdadero y vale la pena seguirlo. Él siempre está allí -muy por encima de Satanás en fortaleza- para escuchar nuestras oraciones atribuladas, reafirmar sus promesas sin temor y ofrecer la próxima luz de lámpara que necesitamos para caminar firmemente en su dirección. Blíndense, soldados. Estamos caminando por fe.