Jesús camina: ¿Vienes? Jesús es más grande Serie #9Muestra

El sacrificio de alabanza

Reflexiones sobre la Palabra

¿Qué nos cuesta la alabanza a Dios? ¿Es un sacrificio?

Para que estas personas adoren a Dios y sigan a Jesús, fue una decisión costosa. Para algunos creyentes, les cuesta la vida. Para muchos de nosotros, hay muy poco costo. Para algunos se pierde la oportunidad de ir a la playa. Para otros es dejar de ver un partido de fútbol. Para otros, se pierden oportunidades en el trabajo.

A veces dar gracias es el sacrificio más difícil que podemos hacer. Enfermedad, presión laboral, problemas familiares... todos conspiran para hacer que dar las gracias sea un gran sacrificio. Liberar elogios, junto con el acción de gracias, a menudo requiere mucho coraje y fuerza. A menudo coraje y fuerza que no tenemos. Debemos sacrificar nuestro orgullo, nuestro derecho a ser escuchados, nuestra necesidad de que otros vean por lo que estamos pasando, o el requisito de seguir adelante y dejar que Dios aborde el problema en Su tiempo.

Los elogios y las gracias comienzan con la comprensión de que hacemos las cosas de manera diferente a las demás. Esta tierra, nuestra ciudad natal o nuestro país no es el hogar. Viajamos por este mundo, pero nos dirigimos a casa, al cielo y a la ciudad celestial allí. Eso marca una gran diferencia cuando miramos las cosas. Las cosas que suceden en este mundo se quedan atrás porque nos vamos a casa.

Finalmente, está el sacrificio de dar a otros que tienen mayores necesidades que nosotros. Constantemente me sorprende lo fácil y rápido que nos apegamos a las cosas que Dios nos dio para compartir con los demás. Se convierte en un sacrificio para compartir. Sin embargo, Dios lo sabe. A menudo son cosas que realmente necesitamos también: confiamos en que Dios nos las dio porque vio nuestra necesidad. Aún así, hay momentos en los que Dios quiere que nos sacrifiquemos también en estos momentos. Cuando hacemos eso de buena gana, ¡está contento!

Oración

Padre, ¿qué debo hacer para que estés satisfecho conmigo mientras respondo a Tu llamado al sacrificio? Puede ser solo estar agradecido hoy por cada prueba y desafío que he enfrentado. Puede ser la voluntad de alabar cuando quiero hacer otra cosa. Es un corazón dispuesto a dar cuando realmente quiero aguantar. Padre, vi a una señora hacer eso esta semana. Ella dijo "gracias" por un año difícil. Ella elogió Tu nombre y te bendijo por las cosas buenas que hiciste. Dios, necesito seguir su ejemplo hoy. Mantén ese testimonio firmemente en mi corazón hoy. En el nombre de Jesús, amén.