Esperanza en la oscuridadMuestra

Esperar

Enséñanos, Oh Señor, las disciplinas de la paciencia; esperar es frecuentemente más duro que trabajar

—Peter Marshall 

La mayoría de nosotros ya no tiene que esperar mucho por nada. Solo piensa la ansiedad que sientes, cuando se acerca la cita con el dentista. Te empiezas a desesperar, ¿no es así? 

Aparentemente, Habacuc, se está enloqueciendo por la espera. A Habacuc tampoco le gusta esperar. Sin embargo, él entendió que era lo único que tenía que hacer si quería salir del valle del desaliento. Dios le dijo: “Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá” (Habacuc 2:3 NVI).



La palabra en Hebreo aquí para “tiempo señalado” es mow’ed, la cual significa el tiempo correcto, el tiempo fijado, la elección divina del tiempo en el cual Dios permite que algo suceda. Hay un viejo dicho que dice: Dios está rara vez temprano, nunca tarde y siempre en el tiempo justo. Ese es el resumen de mow’ed. 

Tal vez has estado orando simpre por algo similar, alguien a quien amas, y quieres hacerlo llegar a Cristo. Así que solo esperas. Podrás estar pidiendo a Dios que haga un nuevo milagro. Por alguien para que sea sanado. Por alguien para que sea libre de una adicción. Por una promoción. O un cónyuge. Así que ora. Espera. 

Entonces tú espera algo más. 

Cuando miras a través de las Escrituras, verás ejemplo, tras ejemplo, tras ejemplo de personas quienes fueron llamadas por Dios, cercanas a Él, quienes aún se encontraron esperando. 

Dios dijo a Moisés: "Voy a usarte para liberar a mi pueblo y reconstruir la nación de Israel". Entonces Moisés fue a un viaje de 40 años. ¡Cuarenta años!

Ahora, uno de mis favoritos. El Apóstol Pablo tiene una visión en la que se encuentra con Cristo. Él es transformado y dice: "Yo estoy llamado a predicar. Esto es lo que tengo que hacer aquí. Eso es todo. Estoy obligado a predicar el Evangelio. Esto es lo que Dios me ha dado, un singular propósito en la vida”. Y entonces él esperó. Trece años pasaron antes de que ese propósito comenzara. ¡Trece años antes de que él pudiera predicar su primer mensaje!

En algunas temporadas de la vida, solo espera.

Oración: Estoy dispuesto a esperar. Dios, ¿qué puedo hacer para conocerte mientras espero?