La vida en el EspírituMuestra

No apaguen el espíritu

Pablo enseña, estar siempre gozosos, orar en todo tiempo, dar gracias a Dios por todo, pero sobre todo no apagar el espíritu. Si apago mi vida espiritual, es como tener una estufa, con el fogón para calentar el agua, donde puede estar el piloto encendido, pero el hornillo apagado. Hay muchos hijos de Dios que, aunque tienen el espíritu, tienen el fuego, tienen el piloto, pero está apagado, no hay un desarrollo, un crecimiento, un potencial de Dios desarrollándose en sus vidas. No entienden la mayoría de las cosas del espíritu, no entienden la mayoría de las cosas eternas. Sí son creyentes, pero, no leen la Escritura, la vida de Dios sí está en ellos por la fe, pero es como la llama del piloto que apenas los mantiene con vida, sin el desarrollo espiritual.

Entonces, se pregunta: ¿cómo puedo tener gozo si mi circunstancia es adversa? Si la economía no es la mejor, si la circunstancia no es la mejor, si los divorcios aumentan, si hay una diversidad muy grande de sexos, es una situación muy confusa. Las cosas parecieran contrarias, no salen como quisiera y podemos decir como muchos que cantan hoy, el perro se enfermó, el auto se ponchó, una arruga me salió, la novia me engañó, el sueldo no alcanzó, la suegra me insultó, el gato negro se me cruzó, Juan Gabriel se murió, la tele no encendió, la abuela se murió, el jefe me corrió y muchas cosas con las que podemos hacer una letanía, y nada está bien. Cómo puedo estar gozoso si nada me sale bien. Piensas que a lo mejor, Pablo vivía en un mundo diferente, como en el mundo de Alicia en el país de las maravillas, donde era perfecto. 

No es así, en el contexto en el que está diciendo que estén siempre gozosos, la ciudad experimentó los vaivenes económicos, políticos y sociales de las guerras civiles de Roma, conducentes al establecimiento del imperio. Podemos deducir que la situación que vivían los tesalonicenses, era de invasión y un estado de post guerra; en ese contexto dice, no pagues mal por mal. 

Miren que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino que procure siempre lo bueno. Habla que aún dentro de la iglesia, alguien puede hacer algo malo, y no debes pagar mal por mal. Vivir en el espíritu es un tipo de operación diferente a lo que la gente está acostumbrada a vivir. Entonces, Pablo escribe sobre la realidad de vivir en el espíritu, porque habilita a hacer todo lo contrario a lo que la mente natural y el alma, dicen que haga. Para vivir en el espíritu, es necesario aprender a reaccionar y actuar, no basado en lo racional y emocional, sino en la fortaleza del espíritu. A pesar de la circunstancia, tener gozo.