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Isaías 54

54
Amor eterno de Dios#54.1-17 El mensaje de salvación contenido en este cap. está dirigido a Jerusalén, considerada como esposa del Señor y madre del pueblo de Israel. Por su forma y su contenido, este pasaje se asemeja notablemente a Is 49.14-23. Cf. también Is 40.2, y véanse las notas correspondientes.
1Da gritos de alegría, mujer estéril y sin hijos;#54.1-17 La humillación y restauración de Jerusalén se expresa con una serie de imágenes de una gran fuerza poética: la mujer estéril va a ser madre de una gran multitud (vv. 1-3); la que había quedado viuda va a ser nuevamente desposada por el Señor (vv. 4-5); la que había sido abandonada va a experimentar otra vez la compasión, la bondad y el amor del Señor (vv. 6-10); la que había sido azotada o destruida va a ser reconstruida con magnificencia (vv. 11-12); la que había sido oprimida va a estar protegida de sus agresores y a vivir en paz y sin temor (vv. 13-17).
estalla en cantos de gozo,
tú que nunca has dado a luz,
porque el Señor dice:
«La mujer abandonada tendrá más hijos
que la mujer que tiene esposo.»#54.1 Cf. Gl 4.27.
2Agranda tu tienda de campaña,
extiende sin miedo el toldo bajo el cual vives;
alarga las cuerdas, clava bien las estacas,
3porque te vas a extender a derecha e izquierda;
tus descendientes conquistarán muchas naciones
y poblarán las ciudades ahora desiertas.
4No tengas miedo, no quedarás en ridículo;
no te insultarán ni tendrás de qué avergonzarte.
Olvidarás la vergüenza de tu juventud
y no te acordarás más de la deshonra de tu viudez,
5porque tu creador te tomará por esposa.
Su nombre es Señor todopoderoso;
tu redentor es el Dios Santo de Israel,
el Dios de toda la tierra.
6Eras como una esposa joven
abandonada y afligida,
pero tu Dios te ha vuelto a llamar y te dice:#54.5-8 Cf. Ez 16; Os 1—3.
7«Por un corto instante te abandoné,
pero con bondad inmensa te volveré a unir conmigo.#54.7-8 Cf. Sal 30.5(6); Is 60.10; Lm 3.31-33.
8En un arranque de enojo, por un momento, me oculté de ti,
pero con amor eterno te tuve compasión.»
Lo dice el Señor, tu redentor.
9«Así como juré a Noé, cuando el diluvio,
no volver a inundar la tierra,#54.9 Cf. Gn 9.8-17.
así juro ahora
no volver a enojarme contigo
ni volver a amenazarte.
10Aunque las montañas cambien de lugar
y los cerros se vengan abajo,
mi amor por ti no cambiará
ni se vendrá abajo mi alianza de paz.»#54.10 Cf. Jer 31.35-36; 32.40; Mc 13.31.
Lo dice el Señor, que se compadece de ti.
La nueva Jerusalén
11«¡Desdichada ciudad, azotada por la tempestad,
sin nadie que te consuele!
Yo pondré tus piedras sobre azabache
y tus cimientos sobre zafiro;#54.11-12 Cf. Ap 21.18-21.
12de rubíes haré tus torres
y de berilo tus puertas,
y de piedras preciosas todas tus murallas.
13Yo instruiré a todos tus hijos;#54.13 Cf. Jn 6.45.
todos ellos tendrán gran bienestar.
14La justicia te hará fuerte,
quedarás libre de opresión y miedo,
y el terror no volverá a inquietarte.
15Si alguien te ataca, no será por causa mía,
pero tú vencerás al que te ataque.
16»Mira, yo he creado al herrero
que aviva el fuego en las brasas
y hace armas para diversos usos;
yo también he creado al hombre destructor
para que cause ruina;
17pero nadie ha hecho el arma
que pueda destruirte.
Dejarás callado a todo el que te acuse.
Esto es lo que yo doy a los que me sirven: la victoria.»
El Señor es quien lo afirma.

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