HEBREOS 6
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1Por eso hay que subir de nivel, salir de las enseñanzas elementales y de los principios básicos acerca de la fe y de la enseñanza de Cristo, y avanzar hacia la madurez. Los fundamentos ya están establecidos, tales como: el cambio de mentalidad para cambiar la forma de vivir y dejar de practicar las obras que conducen a la muerte, la constancia en la fe por identidad, 2la enseñanza del bautismo#βαπτισμῶν (baptismón), sustantivo masculino, segunda declinación, primera sección, en caso genitivo plural, que traduce: de los bautismos. El nominativo βαπτισμός (baptismós) deriva del verbo βαπτίζω (baptízo), que significa sumergirse para ser levantado. El verbo no necesariamente hace referencia a un bautismo en agua, también puede tener la connotación de sumergirse en otras situaciones, en problemas, para después ser levantado. La literatura neotestamentaria y de los Padres de la Iglesia, usaron la figura del bautismo para relacionarlo con la obra pascual de Cristo en la cruz. Desde esta perspectiva se fundamenta el rito de iniciación cristiana, que es el bautismo, como un acto público, que significa muerte de la vieja naturaleza, sumergirse en un proceso de cambio, arrepentimiento, transformación y purificación, para ser levantado a una nueva vida, ser resucitado en una nueva naturaleza cristiana, morir al mundo, para vivir para Dios. Así como Jesús, como ejemplo máximo de amor sacrificial, quien murió por nosotros para que tengamos vida eterna, debemos asumir un compromiso de matar nuestro yo para que Él viva en nosotros a través del amor sacrificial. En Romanos 8 podemos encontrar una profunda disertación de Pablo sobre esta teología, así como en la Didajé., la imposición de manos, la resurrección#ἀναστάσεώς (anastáseós), sustantivo femenino, tercera declinación, en caso genitivo singular, traduce: de la resurrección, viene del nominativo ἀνάστασις (anástasis) que, además de resurrección, tiene la acepción de resurgimiento, transformación, cambio de vida, pasar de la oscuridad moral a la luz o claridad mental. En griego hay dos términos que traducen resurrección. El primero es ἐγείρω (egéiro), significa levantar, resucitar físicamente, ponerse de pie. Los evangelios cuando hablan de la resurrección de Cristo, usan esta palabra con el propósito de fundamentar una resurrección real y física. En cambio, cuando el apóstol Pablo habla de la resurrección de muertos usa la palabra ἀνάστασις (anástasis), con ella, indica que no necesariamente se refiere a una resurrección física, sino a una transformación de vida, un cambio total en el ser humano. En 1 Co. 15, Pablo cuando describe la resurrección de muertos, usa este término entendiendo el acontecimiento como un evento escatológico, cuerpos glorificados totalmente transformados, no en sentido físico y sí espiritual. Algunas veces Pablo usa el término ἀνάστασις (anástasis) con relación a Jesucristo, para señalar que la resurrección de Cristo inspira una transformación en sus seguidores. de muertos y el juicio eterno. 3Y con la ayuda de Dios, seguiremos practicando todo eso. Pero eso no es todo, hay que seguir creciendo.
4Los que una vez fueron iluminados, y encarnaron el don de la salvación#δωρεᾶς (doreás), sustantivo femenino, caso genitivo singular, que traduce: dádiva gratuita, don de la salvación. Viene del nominativo δωρεά (doreá), que significa un regalo tan importante que marca la vida de la persona que lo recibe. Es por eso que el apóstol Pablo, en la carta a los Efesios usa este sustantivo para referirse al don supremo de la salvación, que viene de un acto generoso de Dios en Cristo. Ya el Nuevo Testamento, usa este sustantivo y sus derivados, en un concepto de gratuidad salvífica. celestial, y tuvieron una nueva identidad mediante la obra del Espíritu Santo, 5y encarnaron la buena palabra de Dios, y tuvieron la capacidad de discernir y profetizar de los poderes del mundo que están por venir, 6y cayeron, es imposible recuperarlos e invitarlos a que se arrepientan al Hijo de Dios nuevamente, si en lugar de ayudar a estos que se apartaron de la fe, los crucificamos con críticas y burlas, exponiéndoles a la vergüenza pública. Más bien, nuestra actitud para con ellos debe ser de empatía y amor, para lograr restaurarlos.#Los versículos 4, 5 y 6, conforman una sola oración, en la gramática griega se conoce como “oración nominal”, es por esta razón que la mayoría de las traducciones al español agrupan estos versículos. Es uno de los textos más difíciles de traducir, porque la concordancia gramatical presente en el texto no lleva el orden adecuado, por tal motivo, algunas traducciones han justificado el orden de acuerdo con su perspectiva gramatical, convirtiendo el texto en una oración de condenación, sobre la base de una traducción literal. Desde el versículo 4, condicionan toda la oración resaltando el adjetivo neutro ἀδύνατον (adúnaton) que traduce “imposible”, y traducen el texto con el sentido de que los que se apartaron de Dios no pueden volver a relacionarse con Él, porque es como si hubiesen crucificado de nuevo al Hijo de Dios, exponiéndolo a la burla pública. Con esta traducción equivocada el texto se ha usado para sancionar drásticamente a los que comenten pecados fuertes, muchos de estos pecadores nunca pueden recuperar sus privilegios eclesiásticos. Pero al ordenar la oración teniendo en cuenta la gramática griega y considerarla una oración nominal, la palabra “imposible” tiene que estar conectada al verbo principal, ἀνακαινίζειν (anakainísein) que se encuentra en el versículo 6. El verbo esta conjugado en voz activa, modo infinitivo, tiempo presente, traduce: estar renovando, observación que no la toman en cuenta algunas versiones, sino que consideran la palabra “imposible” en el versículo 6 y al traducir dan a entender que el adjetivo debe afectar directamente el sentido gramatical del versículo 6 y no condicionar toda la oración. Así, el versículo 6 sugiere que es imposible que los que se apartaron de la fe sean renovados al arrepentimiento al Hijo de Dios, por una simple concordancia de un doble acusativo que se encuentra en la frase: “ἀνακαινίζειν εἰς μετάνοιαν, τὸν υἱὸν τοῦ θεοῦ”, el doble acusativo, que equivale al complemento directo, está precedido por la preposición de dirección, εἰς (eís) traduce: a, hacia. La regla gramatical en el doble acusativo dice que los sustantivos concuerdan en número, en este caso singular; de esta manera, hemos optado por ordenar gramaticalmente el texto, entendiendo que la palabra arrepentimiento afecta al Hijo de Dios. Si el arrepentimiento se conecta hacia el Hijo de Dios, esto quiere decir que el Hijo de Dios no recibirá la acción del verbo, es decir, ya no será crucificado de nuevo; entonces, nos debemos preguntar, ¿a quiénes se crucifican? Con el análisis que hacemos, el verbo sustantivado ἀνασταυροῦντας (anastaurountas), se encuentra en voz activa, modo participio, tiempo presente, caso acusativo plural masculino. Deriva del verbo ἀνασταυρόω (anastauróo), palabra compuesta de dos morfemas, 1. Preposición distributiva, ἀνά (aná) traduce: a cada uno y 2. Verbo σταυρόω (stauróo), significa crucificar. Con lo dicho, la traducción literal sería: crucificar a cada uno, pero el verbo en el texto está en plural, así que la traducción más apropiada es: crucificándolos a cada uno. Otro verbo que también se menciona en el v. 6 παραδειγματίζοντας (paradeigmatízontas), es un verbo sustantivado, voz activa, modo participio, tiempo presente, en caso acusativo plural masculino, deriva del verbo παραδειγμαιτίζω (paradeigmaitízo), traduce: exponer a alguien a la burla pública y en plural da a entender que son varios los que son expuestos a la burla pública. En conclusión, la oración nominal que se encuentra en los vss. 4 al 6 nos indica que aquellas personas que se apartaron de la fe se pueden recuperar, porque los versículos 4 y 5 mencionan palabras de elogio que retratan a las personas como cristianos auténticos, el versículo 6 indica que cayeron, no se especifica el tipo de error o pecado, sino da a entender que cayeron en apostasía, se apartaron de la fe, razón por la que el texto alienta que hay que recuperarlas, redimirlas mediante una buena actitud, sin crucificar a cada una de ellas. El texto transmite el trabajo que la iglesia debe realizar, el autor presenta un texto terapéutico que ayude a recuperar y restaurar a los que cayeron.
7Porque la tierra bebe la lluvia que cae sobre ella y produce plantas provechosas y fructíferas para aquellos que la cultivan, es decir, esta tierra recibe bendición de parte de Dios. 8Pero lo que no se puede mejorar, o sea, la parte mala de la tierra, que aunque se intente restaurar, como los espinos, los cardos y las hierbas malas, que no son productivas, son desechadas y lanzadas al fuego.
9Pero acerca de ustedes, mis queridos hermanos, estamos convencidos de que eso no les pasará, estamos seguros de que les espera lo mejor, tenemos pensamientos de que ustedes caminarán hacia la salvación, por eso les advertimos fuertemente. 10Porque Dios no es injusto para olvidarse de lo mucho que ustedes han trabajado, y también que practicaron el amor sacrificial y el servicio a los santos hasta el día de hoy.
11Queremos que cada uno de ustedes siga esforzándose por vivir plenamente la vida cristiana hasta el fin, siendo fortalecidos por la esperanza, 12con el propósito de que no sean tercos ni perezosos, más bien, sigan el ejemplo de los que, con paciencia y fe, heredan las promesas.
La promesa de Dios
13Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, Él la endosó con su propio testimonio de Ser perfecto, garantizándola por Él mismo, ya que no había otro ser superior para garantizarla, 14Dios dijo: “Verdaderamente te bendeciré grandemente y multiplicaré tu descendencia”#Cita a Gn. 22:17a..
15Abraham esperó con paciencia que la promesa se cumpliera y recibió lo prometido.
16Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, para que el juramento tenga solidez y validez, para darle seriedad a una promesa. Al hacerlo así, si hay un incumplimiento, la persona superior asume la responsabilidad. 17De igual manera, Dios quería demostrar que su promesa era confiable y para fundamentar y dar seguridad a los herederos de la promesa, añadió el juramento, es decir, dio su palabra y como su palabra no cambia, su promesa también es inmutable.
18Hay dos realidades inmutables: la promesa y el juramento; y hay dos cosas imposibles: que Dios mienta y que no cumpla lo que promete. Esas dos cosas nos dan confianza y consolación, fortaleciéndonos para continuar firmes en la esperanza que Dios nos da; 19tenemos esa esperanza tan fuerte y segura como un ancla que nos sostiene. Y esta confianza nos la da Jesucristo, que penetró el velo y nos permite llegar a la presencia de Dios; 20Él lo hizo como precursor, para abrirnos el camino hacia Dios, pues Cristo es para siempre el Sumo Sacerdote, según el orden real de Melquisedec.
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