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2 SAMUEL 15

15
Rebelión de Absalón (15–20)
La conspiración
1Después de esto, Absalón se procuró un carro, caballos y una escolta de cincuenta hombres.#1 Re 1,5. 2Se ponía temprano junto al camino de la entrada de la ciudad y a todo el que llegaba con algún pleito a pedir justicia al rey, Absalón lo llamaba y le preguntaba: «¿De qué ciudad eres?». Cuando el interpelado le respondía: «este siervo tuyo es de tal tribu de Israel», 3entonces Absalón le decía:
—Mira, tu demanda es buena y justa, pero no hay quien te atienda en el tribunal del rey.
4Y añadía:
—Si me nombraran juez de este país, todo el que tuviese algún pleito podría llegar hasta mí y yo le haría justicia.
5Y cuando alguien se le acercaba para arrodillarse ante él, Absalón le tendía la mano, lo levantaba y lo abrazaba. 6Absalón actuaba de igual manera con todos los que iban a pedir justicia al rey, ganándose así el afecto de los israelitas.
7Al cabo de cuatro años,#15,7: cuatro años: Así según algunos manuscritos griegos. El texto hebreo lee cuarenta años, cifra incompatible con 5,4-5 y 1 Re 2,11. Absalón dijo al rey:
—Permíteme ir a Hebrón a cumplir la promesa que hice al Señor, 8pues cuando tu servidor estaba en Guesur de Aram, hizo esta promesa: «Si el Señor me permite volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio».
9David le respondió:
—Vete en paz.
Entonces Absalón marchó hacia Hebrón 10y envió espías por todas las tribus de Israel con esta consigna:
—Cuando oigan el toque de la trompeta, griten: ¡Absalón reina en Hebrón!
11Absalón partió de Jerusalén con doscientos invitados que lo acompañaron con total ingenuidad y sin sospechar nada del asunto. 12Durante los sacrificios, Absalón mandó a buscar a su ciudad a Ajitófel, el de Guiló, consejero de David. La conspiración tomaba cuerpo, mientras iban aumentando los partidarios de Absalón.#16,15.20-22.
Huida de David
13Alguien llevó a David esta información:
—Los israelitas se han puesto de parte de Absalón.
14Entonces David dijo a todos los servidores que lo acompañaban en Jerusalén:
—Prepárense para la huida, pues no tendremos escapatoria ante Absalón. Dense prisa en marchar, antes de que él llegue a alcanzarnos, precipite la desgracia sobre nosotros y pase a cuchillo la ciudad.
15Sus servidores le respondieron:
—Majestad, tus siervos harán lo que tú decidas.
16El rey salió acompañado de toda su corte y dejó diez concubinas para guardar el palacio.#16,21. 17El rey y toda la gente que lo acompañaba se detuvieron junto a la última casa de la ciudad. 18Todos sus servidores marchaban a su lado, mientras que los quereteos, los peleteos y los guititas, en total unos seiscientos hombres que lo siguieron desde Gat, marchaban delante de él. 19El rey dijo a Itay, el de Gat:
—¿Cómo vienes tú también con nosotros? Vuelve y quédate con el rey, pues eres un extranjero, desterrado de tu país. 20Acabas de llegar ayer mismo y no voy a permitir que andes errante con nosotros, cuando ni yo mismo sé adónde voy. Vuélvete, pues, y llévate contigo a tus paisanos. Y que el Señor sea misericordioso y fiel contigo.
21Pero Itay le respondió:
—¡Por el Señor y por el rey, mi señor! Allí donde esté mi señor, el rey, en vida o muerte, allí estará tu servidor.
22Entonces David le dijo:
—Está bien, pasa.
Y pasó Itay, el de Gat, con todos los hombres y los niños que lo acompañaban. 23Toda la gente lloraba a gritos mientras iba desfilando. Luego David cruzó el torrente Cedrón por el camino que lleva al desierto, y con él cruzó toda la gente. 24También estaba Sadoc con todos los levitas que llevaban el Arca de la alianza de Dios. Colocaron el Arca junto a Abiatar, hasta que toda la gente terminó de salir de la ciudad. 25El rey dijo a Sadoc:
—Devuelve el Arca de Dios a la ciudad, que si alcanzo el favor del Señor, él me permitirá volver a ver el Arca y su morada. 26Pero si manifiesta que no le agrado, estaré dispuesto a que haga conmigo lo que quiera.
27Y el rey insistió al sacerdote Sadoc:
—Mira, regresen en paz a la ciudad junto con sus dos hijos, con tu hijo Ajimás y con Jonatán, el hijo de Abiatar. 28Y estén atentos, pues yo estaré esperando en los pasos del desierto hasta que me llegue alguna información de ustedes.
29Sadoc y Abiatar regresaron a Jerusalén con el Arca de Dios y se quedaron allí.
30Cuando David subía la cuesta de los olivos, iba llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. La gente que lo acompañaba llevaba también la cabeza cubierta y subía llorando. 31Entonces informaron a David que Ajitófel formaba parte de la conspiración de Absalón, y David suplicó:
—Confunde, Señor, los consejos de Ajitófel.#16,23; 17,14.23.
32Cuando David llegó a la cumbre, lugar donde se daba culto a Dios, le salió al encuentro Jusay, el arquita, con la túnica rasgada y la cabeza llena de tierra.#16,15-19. 33David le dijo:
—Si te vienes conmigo, solo serás una carga para mí. 34Pero si le dices a Absalón: «Majestad, soy tu servidor. He sido servidor de tu padre y a partir de ahora, seré tu servidor», me ayudarás a hacer fracasar los consejos de Ajitófel. 35Allí estarán contigo los sacerdotes Sadoc y Abiatar, a los que podrás informar de todo lo que escuches en palacio. 36También estarán con ellos sus dos hijos, Ajimás, el de Sadoc, y Jonatán, el de Abiatar, a través de los cuales ustedes me harán llegar todo lo que escuchen.
37Jusay, el amigo de David, llegó a la ciudad cuando Absalón entraba en Jerusalén.

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