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Salmos 28

28
SALMO 28 (27)
El Señor escucha nuestros ruegos#Sal 28 Súplica individual, ante la amenaza de un peligro mortal.
1aDe David.
1bSeñor, mi protector,#28.1b Protector: lit. mi roca. Véase Sal 18.3 n.
a ti clamo.
¡No te niegues a responderme!
Pues si te niegas a responderme,
ya puedo contarme entre los muertos.
2Oye mis gritos cuando te pido ayuda,
cuando extiendo mis manos hacia tu santo templo.
3No me arrastres junto con los malvados,
no me hagas correr la suerte de los malhechores,
que por fuera se muestran amistosos
pero por dentro son todo maldad.
4Dales su merecido,
conforme a sus malas acciones;#28.4 Jer 50.29; Ap 18.6.
págales con la misma moneda,
conforme al mal que han cometido.
5Ya que no tienen presentes
las cosas que hizo el Señor,
¡que él los destruya y no los vuelva a levantar!
6¡Bendito sea el Señor, que ha escuchado mis ruegos!
7El Señor es mi poderoso protector;
en él confié plenamente, y él me ayudó.
Mi corazón está alegre;
cantaré y daré gracias al Señor.#28.6-7 Canto de acción de gracias que el salmista entona anticipadamente, porque está seguro de que su oración será escuchada. Cf. Sal 22.23-26.
8El Señor es la fuerza de su pueblo;
es ayuda y refugio de su rey escogido.#28.8 Su rey escogido: lit. su ungido. Véase Sal 2.2 n.
9Salva a tu pueblo, Señor;
bendice a los tuyos.
Cuídalos como un pastor;
¡llévalos en tus brazos para siempre!#28.8-9 Oración por el rey y por el pueblo, añadida probablemente más tarde, para el uso litúrgico del salmo.

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