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Tobit 11

11
Tobías regresa a su casa
1Cuando ya estaban cerca de la ciudad de Caserín, que está frente a Nínive, el ángel le dijo a Tobías: 2«Tú sabes en qué condiciones dejamos a tu padre. 3Vamos a adelantarnos a Sara. Así prepararemos la casa para cuando ella llegue junto con los demás».
4El ángel y Tobías se adelantaron, y el perro se fue tras ellos. El ángel le dijo a Tobías: «Ten lista la hiel del pescado».
5-8Antes de llegar a la casa, el ángel le dijo a Tobías:
«Estoy seguro de que tu padre volverá a ver. Si le pones la hiel del pescado en los ojos, se le quitarán las cataratas y volverá a ver».
Ana estaba sentada, con la mirada fija en el camino. De repente, sin verlo ni oírlo, sintió que su hijo se acercaba, y le dijo a su esposo: «¡Ya viene tu hijo con su amigo!» 9Entonces salió corriendo y, con lágrimas en los ojos, abrazó a Tobías y exclamó: «Hijo mío, qué alegría volverte a ver; ¡ya puedo morir tranquila!»
10Tobit se levantó y, con dificultad, logró salir a la puerta del patio. 11Tobías fue a su encuentro y lo tomó de la mano. Luego le sopló en los ojos, le puso la hiel del pescado y le dijo: «¡Ten confianza, padre mío!» 12Enseguida Tobías le despegó con ambas manos las cataratas de los ojos. 13Entonces Tobit lo abrazó y le dijo: «¡Hijo mío, luz de mis ojos, ya puedo verte!»; 14y alabó a Dios con estas palabras:
«¡Bendito sea Dios!
¡Bendito sea su gran poder!
¡Benditos sean sus santos ángeles!
¡Alabado sea Dios por siempre!
Aunque me castigó,
tuvo compasión de mí
y me permitió ver a mi hijo».
15Tobías entró en la casa muy contento, alabando a Dios en voz alta. Luego le contó a su padre que había tenido un viaje sin problemas. También le dijo que traía la plata, que se había casado con Sara, la hija de Ragüel, y que ella estaba por llegar a Nínive.
16Tobit salió entonces a la puerta de la ciudad a recibir a su nuera. Iba muy contento y alabando a Dios. Cuando la gente de Nínive lo vio caminando con paso seguro y sin ayuda, se sorprendió. Tobit les contó a todos que Dios había tenido compasión de él y le había devuelto la vista. 17Al ver a Sara, la bendijo diciéndole:
«¡Hija mía, bendito sea Dios que te trajo a nosotros! ¡Bendito sea tu padre, bendito sea mi hijo Tobías, y bendita seas tú!
»¡Bienvenida, esta es tu casa! ¡Que la bendición y el gozo de Dios estén siempre contigo!»
18Ese día, todos los judíos que vivían en Nínive hicieron una gran fiesta. 19Y Ajicar y Nadab, que eran sobrinos de Tobit, fueron a felicitarlo.

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Tobit 11: TLAI

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