Porque es Dios quien los motiva a hacer el bien, y quien los ayuda a practicarlo, y lo hace porque así lo quiere. Hagan todo sin hablar mal de nadie y sin discutir por todo, para que no pequen ni nadie pueda culparlos de nada. En este mundo lleno de gente malvada y pecadora, ustedes, como hijos de Dios, deben alejarse de la maldad y brillar por su buen comportamiento. Nunca dejen de creer en el mensaje que da vida. Así, yo podré estar orgulloso de ustedes el día que Cristo vuelva, y sabré que mi trabajo y mis esfuerzos no fueron inútiles. Ustedes confían en Dios y le sirven, y eso es como si le presentaran una ofrenda. Tal vez a mí me maten, y entonces mi muerte será parte de esa ofrenda a Dios. Si esto llega a suceder, seré muy feliz, y quiero compartir esa alegría con ustedes. ¡Alégrense, pues, conmigo! Espero que pronto el Señor me permita enviarles a Timoteo, y me alegrará mucho recibir noticias de ustedes.
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Dios nos creó para ser Sus seguidores y servidores. Todo cristiano necesita reconocer su rol de líder ya sea en una plataforma guiando a multitudes, en el hogar guiando a la familia o individualmente siendo de influencia a las personas que nos rodean. Todos somos líderes de alguna manera u otra, y es importante reconocer que al que le rendimos cuentas es a Dios. Todo lo que somos, poseemos y hacemos se lo debemos a Cristo; es solo por gracia que damos de lo que hemos recibido. Necesitamos ser líderes humildes, centrados en Cristo y liderar desde una relación íntima con el Padre Celestial.
La vida nos rompe a todos, dijo Ernest Hemingway, pero muchos se hacen más fuertes en los lugares rotos. Caminaremos juntos a través de cosas en la vida que nos pueden quebrantar y lo que Dios hace en nuestro quebrantamiento para fortalecernos y para traer belleza y alegría de nuestros lugares rotos. Veremos lo que Santiago nos dice sobre realidad de las pruebas, la respuesta que debemos tener y el resultado de nuestra respuesta a esas pruebas.
A través de este plan leeremos el segundo capítulo de Filipenses para entender el mensaje que Pablo quería transmitir a la iglesia. Ver las cosas en la perspectiva correcta puede cambiar nuestra forma de pensar y, en última instancia, nuestras respuestas a las cosas que nos rodean. Pablo, en su carta, brinda la perspectiva sobre quiénes somos, lo que resulta en cómo debemos comportarnos cuando elegimos una vida en Cristo.
El sufrimiento y los tiempos difíciles llegarán a nuestra vida en diferentes ocasiones. Estemos alegres de que Dios es fiel y siempre escucha nuestras oraciones. La oración es clave para salir de esos tiempos de crisis. Todos sus hijos hemos probado y visto sus bendiciones, puesto que no están condicionadas a las circunstancias pasajeras. Sigamos confiando en nuestro grandioso Dios y Padre perfecto, él tiene lo mejor para nosotros.
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