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EL EVANGELIO. SEGVN S. MATTHEO. 16

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CAPIT. XVI.
Otra vez le piden señal los Phariseos y los Sadduceos y el les responde lo mismo que antes cap. 12, 39, II. Auisa a ſus discipulos que ſe guarden de la doctrina deellos &c. III. Preguntandoles que sentia deel el vulgo, ellos ſe lo declaran: preguntados, que sentian ellos, Pedro respõde confeſſando ſu diuinidad, humanidad, y officio, cuya confeſſion el Señor aprueua, y promete de fundar ſobreella ſu Igleſia perpetuamente en la qual perpetuamente residan las llaues del Reyno de los cielos enel ministerio Apostolico. IIII. Reuelandoles el mysterio de ſu muerte, y corrigiendolo Pedro, el lo reprehende duramente: exhortando à cada vno a tomar ſu cruzy seguirle. &c.
1Y Llegandoſe los Phariseos y los Sadduceos, tendando, pedianle que les mostraſſe señal del cielo. 2Mas el respondiendo, dixoles, Quãdo es la tarde del dia, dezis, Sereno: porque el cielo tiene arreboles. 3Y à la mañana, Oy, tempestad: porque tiene arreboles el cielo triste. Hypocritas, que sabeys hazer differencia en la faz del cielo, y en las ſeñales de los tiempos no podeys? 4 La generacion mala y adulterina demanda señal: mas señal no le ſerá dada, ſino la señal de Ionas propheta. Y dexandolos fueſe.
5¶ Y viniendo ſus Diſcipulos de la otra parte del lago, auiãse oluidado de tomar pan. 6Y Iesus les dixo, Mirad, y guarda os de la leuadura de los Phariseos, y delos Sadduceos. 7Y ellos pensauan dentro de ſi, diziendo, No tomamos pan. 8Y entendiendolo Iesus, dixoles, Que pensays dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tomastes pan? 9 No entendeys aun, ni os acordays de los cinco panes entre cinco mil varones, y quantos esportones tomastes? 10 Ni de los ſiete panes entre quatro mil, y quantas espuertas tomastes? 11Como? No entendeys que no por el pan os dixe, que os guardassedes de la leuadura de los Phariseos y de los Sadduceos? 12Entonces entendierõ que no les auia dicho que ſe guardaſſen de leuadura de pan, ſi no de la doctrina de los Phariseos y de los Sadduceos.
13¶ Y viniendo Iesus en las partes de Cesarea de Philippo, preguntó à ſus Diſcipulos, diziẽdo, Quien dizen los hombres que es el Hijo del hombre? 14Y ellos dixeron, Vnos, Ioan el Baptista: y otros, Elias: y otros, Ieremias, o alguno de los prophetas. 15Dizeles, Y vosotros quien dezis que ſoy? 16 Y respõdiendo Simon Pedro, dixo, Tu eres el Chriſto, el Hijo del Dios Biuiente. 17Entonces respondiendo Iesus, dixole, Bienauenturado eres Simon hijo de Ionas: porque no te lo reueló carne ni sangre: mas mi Padre que eſtá en los cielos. 18 Mas yo tambiẽ te digo, que tu eres Pedro: y ſobre eſta piedra edificaré mi Igleſia: y las puertas del infierno no preualecerán contra ella. 19 Y à ti dare las llaues del Reyno de los cielos; que todo loque ligâres en la tierra, ſerá ligado en los cielos: y todo lo que desatáres en la tierra, serà desatado en los cielos. 20Entonces mandó à ſus Diſcipulos que à nadie dixeſſen que el era Iesus el Chriſto.
21¶ Desde aquel tiempo començó Iesus, à declarár à ſus Diſcipulos, que le cõuenia yr à Ieruſalẽ, y padecer mucho de los Ancianos, y de los principes de los Sacetdotes, y de los Escribas: y ſer muerto, y ressuscitar àl tercero dia. 22Y Pedro, tomandolo à parte, començólo à reprehender, diziendo, Señor, ten compaſsion de ti: en ninguna manera eſto te acontezca. 23Entonces el boluiendoſe, dixo à Pedro, Quitate de delante de mi aduersario; estoruo me eres, porque no entiẽdes loque es de Dios, ſi no loque es de los hombres. 24 Entonces Iesus dixo à ſus discipulos: Si alguno quiere venir en pos de mi, niegueſe àsimismo, y tome ſu cruz, y sigame. 25 Porque qualquiera que quisiere saluar ſu vida, la perderá: y qualquiera que perdiere ſu vida por cauſa de mi, la hallará. 26Porque de que aprouecha àl hombre, ſi grangeáre todo el mundo, y perdiere ſu alma? O que recompensa dará el hombre por ſu alma? 27Porque el Hijo del hombre vendrâ en la gloria de ſu Padre con ſus Angeles: y entonces pagará à cada vno cõforme à ſus obras. 28 Decierto os digo, que a y algunos de los que eſtan aqui, que no gustarán la muer te haſta que ayan viſto àl Hijo del hõbre viniendo en ſu Reyno.

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