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San Mateo 3

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2. COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS
(3.1—4.11)
Predicación de Juan el Bautista
(Mc 1.1-8; Lc 3.1-9,15-17; Jn 1.19-28)
1En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2y diciendo: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado», 3pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:
«Voz del que clama en el desierto:
“¡Preparad el camino del Señor,
enderezad sus sendas!”»
4Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre. 5Acudía a él Jerusalén, toda Judea y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
7Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: «¡Generación de víboras!, ¿quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: “A Abraham tenemos por padre”, porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. 11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12Su aventador está en su mano para limpiar su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.»
El bautismo de Jesús
(Mc 1.9-11; Lc 3.21-22)
13Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14Pero Juan se le oponía, diciendo:
—Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú acudes a mí?
15Jesús le respondió:
—Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces se lo permitió. 16Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él. 17Y se oyó una voz de los cielos que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.»

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