ISAÍAS 53:1-5

Cuando Dios determinó enviar a su Hijo Jesús, para que muriera en un madero por causa de la salvación que por amor de su Nombre quiso entregarnos, lo hizo porque fue su plan, su beneplácito y no porque lo mereciéramos, de ninguna manera. El verdadero testimonio de la salvación cobra valor, en que aún siendo pecadores, Jesús dio su vida por nosotros y nos dio vida nueva por su resurrección.

Solo cuando logramos ir a Jesús y saber que Él es el Señor que nos ve, nos comprende, nos ama cómo somos, pero al encontrarnos con Él (como le pasó a Agar, a Job y a Pedro), no nos dejará igual. Y quién, por amor, nos enseñará a tomar Su yugo, y seguir su ejemplo de ser para ser instrumentos de su amor.

Dios siempre está hablando; debemos aprender a prestar atención a su voz. Este devocional tiene el propósito de facultarte para escuchar lo que Él te está diciendo. A medida que sintonices tu oído con la voz del Padre y obedezcas Su Palabra, ¡comenzarás a escuchar «Una palabra a su tiempo» para tu vida en todo momento!

Hace unos 2700 años atrás, Isaías grabó las revelaciones que recibió de parte de Dios en un libro titulado con su nombre. Es asombroso pensar que sus palabras aún son relevantes en nuestro mundo actual. Te invito a que pasemos unos momentos meditando en su significado, y que juntos crezcamos en nuestro conocimiento de este Dios. El Dios de justicia y verdad, como también de gracia y perdón.