Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos. Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados. Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.
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3 Dias
"¿Somos influenciados?", es un devocional de 3 días diseñado especialmente para ti. En él hablaremos acerca del tema que ha sido tendencia en nuestra sociedad actual, la influencia. Además, desarrollaremos la pregunta: ¿Quién nos está influenciando?
Si estás pasando por un momento de incertidumbre, preocupación o falta de confianza en la fidelidad de Dios, este plan es para ti. Tres días de reflexiones con bases bíblicas a cerca de la provisión del Señor para nuestras vidas.
4 Days
Do you ever just feel flat? You’re not alone—even King David ran out of joy. Start reading part five of the six-part Stay Positive series and rekindle your enthusiasm.
5 Dias
A veces es más sencillo creer que los demás pueden salir adelante, somos optimistas y tenemos mucha fe para otros; pero cuando eres tú quien necesita un milagro parecen no alcanzar las fuerzas. En nuestro interior se produce una combinación debilitante entre la realidad que vivimos y la fuerza de la impotencia que nos invade, y como si fuera poco, la falta de recursos nos convence sobre la imposibilidad de hallar una solución. Sin embargo, Dios es especialista en milagros y TODOS podemos experimentar uno. En este plan de cinco días descubriremos cómo podemos ser los protagonistas de nuestro propio milagro. ¡Bienvenido a la aventura!
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