El décimo día le tocó presentar su ofrenda a Ajiezer, hijo de Amisaday, jefe de la tribu de Dan.
Para la ofrenda de cereal presentó un plato de plata y un tazón de plata, llenos de harina refinada amasada con aceite.
Según el peso oficial del santuario, el plato pesaba ciento treinta siclos y el tazón pesaba setenta siclos.
También presentó una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso.
Para el holocausto presentó un ternero, un carnero y un cordero de un año.
Para el sacrificio por el perdón de pecados presentó un macho cabrío.
Para el sacrificio de comunión presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.
Esta fue la ofrenda de Ajiezer, hijo de Amisaday.
El undécimo día le tocó presentar su ofrenda a Paguiel, hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser.
Para la ofrenda de cereal presentó un plato de plata y un tazón de plata, llenos de harina refinada amasada con aceite.
Según el peso oficial del santuario, el plato ciento treinta siclos y el tazón pesaba setenta siclos.
También presentó una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso.
Para el holocausto presentó un ternero, un carnero y un cordero de un año.
Para el sacrificio por el perdón de pecados presentó un macho cabrío.
Para el sacrificio de comunión presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.
Esta fue la ofrenda de Paguiel, hijo de Ocrán.
El duodécimo día le tocó presentar su ofrenda a Ajirá, hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí.
Para la ofrenda de cereal presentó un plato de plata y un tazón de plata, llenos de harina refinada amasada con aceite.
Según el peso oficial del santuario, el plato pesaba ciento treinta siclos y el tazón pesaba setenta siclos.
También presentó una bandeja de oro de diez siclos, llena de incienso.
Para el holocausto presentó un ternero, un carnero y un cordero de un año.
Para el sacrificio por el perdón de pecados presentó un macho cabrío.
Para el sacrificio de comunión presentó dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año.
Esta fue la ofrenda de Ajirá, hijo de Enán.
Las ofrendas de dedicación que los jefes de Israel presentaron cuando se consagró el altar fueron las siguientes:
doce fuentes de plata, doce tazones de plata y doce bandejas de oro. Cada plato de plata pesaba ciento treinta siclos, y el tazón pesaba setenta siclos. El peso total de los objetos de plata llegaba a dos mil cuatrocientos siclos, según el peso oficial del santuario. Las doce bandejas de oro llenas de incienso pesaban diez siclos cada una, según el peso oficial del santuario. El peso total de las bandejas de oro era ciento veinte siclos.
Los animales para el holocausto fueron en total doce terneros, doce carneros, doce corderos de un año y doce machos cabríos para el sacrificio por el perdón de pecados, más las ofrendas de cereal.
Los animales para el sacrificio de comunión fueron en total veinticuatro terneros, sesenta carneros, sesenta machos cabríos y sesenta corderos de un año.
Estas fueron las ofrendas para la dedicación del altar después de haber sido consagrado.
Cuando Moisés entró en la Tienda de reunión para hablar con el SEÑOR, escuchó su voz de entre los dos querubines, desde la cubierta de la tapa que estaba sobre el arca con las tablas del pacto. Así hablaba el SEÑOR con Moisés.