»Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo único de Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió la oscuridad a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios. Después de esto Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí pasó algún tiempo con ellos y bautizaba a la gente. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua. Así que la gente iba para ser bautizada. (Esto sucedió antes de que encarcelaran a Juan). Se entabló entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío en torno a los ritos de purificación. Aquellos fueron a ver a Juan y le dijeron: —Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán y de quien tú diste testimonio ahora está bautizando, y todos acuden a él. —Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda —respondió Juan—. Ustedes me son testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él”. El que se casa con la novia es el novio. Y el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda. A él le toca crecer y a mí, menguar. »El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra es terrenal y de lo terrenal habla. El que viene del cielo está por encima de todos y da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que lo recibe certifica que Dios es veraz. El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.
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Tener una relación personal con Jesús es lo que proporciona verdadero sentido a la vida. La lectura y reflexión de estos pasajes bíblicos te guiarán a conocer el único camino que nos puede llevar a Dios: Jesucristo.
La vida es una llama frágil en su estructura humana, pero una hoguera eterna en su dimensión espiritual. Esta dimensión espiritual nos impulsa a creer y a esperar confiadamente en la intervención de Dios en los asuntos de los hombres. Aunque en oportunidades parece que tarda, Dios siempre llega a tiempo. Descubre en este plan devocional de tres días cómo puedes vencer el temor.
Nadie esta exento de tener malos momentos, días grises sin sabor y sin sentido. Aun Jesús tuvo días grises; pero te digo, Dios quiere darle color a tu vida y no ha dejado de decirte que no te rindas, que aunque no lo sientas, Él esta contigo y no te ha dejado.
El evangelismo significa buen mensaje y como seguidores de Cristo, debemos ser activos y efectivos para llevar el mensaje a cada rincón y micro segmento para que nadie se pierda el regalo de la salvación. ¿Cómo resumo este devocional? ¡Dios ama a los surfer! Y todos podemos aprender a surfear.
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