Mateo 18:3-5

La generosidad y el perdón son dos de las invitaciones más radicales que hiciera Jesús a sus seguidores. En la economía de Dios la generosidad marca el palpitar de su corazón, hasta el punto que Jesucristo es el mayor ejemplo de generosidad. El Rey de Reyes y Señor de Señores, el Soberano del Universo y de la creación decidió hacerse pobre, para que tú y yo fuéramos enriquecidos espiritualmente.

En algún momento de nuestra vida podemos sentirnos estancados, como si no lográramos avanzar o la rutina nos impidiera renovarnos. Sin embargo, Dios desea sorprendernos y junto con Él dar pasos de fe, confiando en que hará más de lo que consideramos posible. Este plan de lectura basado en Efesios 3:20 (NBV) te invitará a reflexionar sobre diversos puntos, que sin duda te animarán, retarán e impulsarán a un siguiente nivel. ¡Lo único que necesitas es creer!

Jesús nos llama a ser menos legalistas y mas prácticos, a pensar y actuar mas en función del amor en la forma que Dios lo pide: desinteresado, sin discriminación, abundante. 

El Señor Jesús nos encomendó la tarea de ser como niños, porque de los tales es el reino de los cielos. La gran pregunta es: ¿A qué se refería exactamente nuestro Señor? Te invito a que reflexionemos juntos en este pasaje, porque para ganar el Reino de los cielos debemos ser como niños, y para ello debemos entender en qué sentido debemos hacerlo.