Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba. Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en carpas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios. Fue por la fe que hasta Sara pudo tener un hijo, a pesar de ser estéril y demasiado anciana. Ella creyó que Dios cumpliría su promesa. Así que una nación entera provino de este solo hombre, quien estaba casi muerto en cuanto a tener hijos; una nación con tantos habitantes que, como las estrellas de los cielos y la arena de la orilla del mar, es imposible contar. Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido, lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto. Coincidieron en que eran extranjeros y nómadas aquí en este mundo. Es obvio que quienes se expresan así esperan tener su propio país. Si hubieran añorado el país del que salieron, bien podrían haber regresado. Sin embargo, buscaban un lugar mejor, una patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.
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3 Dias
"¿Somos influenciados?", es un devocional de 3 días diseñado especialmente para ti. En él hablaremos acerca del tema que ha sido tendencia en nuestra sociedad actual, la influencia. Además, desarrollaremos la pregunta: ¿Quién nos está influenciando?
La bendición está a las puertas, al doblar la esquina, por decirlo así. Y nosotros debemos entonces vivir en expectativa, es por esto que la Palabra dice que cuando Él vuelva, desea hallarnos creyendo, esperando, confiando. La pregunta es: ¿Este tipo de fe es la que tenemos aún para obtener sanidad?
Si estás pasando por un momento de incertidumbre, preocupación o falta de confianza en la fidelidad de Dios, este plan es para ti. Tres días de reflexiones con bases bíblicas a cerca de la provisión del Señor para nuestras vidas.
Dios no ha terminado contigo. Aunque todo parezca oscuro, Él está levantando una generación valiente que llevará Su luz donde no hay esperanza. Jóvenes decididos, llenos del Espíritu, hablarán sin temor del amor y poder de Jesús. Serán testigos de milagros en medio del dolor, firmes en la fe, proclamando la misericordia de Dios con denuedo. ¡Tú puedes ser uno de ellos! No calles, no te detengas, no retrocedas. El tiempo es ahora. ¡Levántate y responde al llamado! Entrégale tu vida a Cristo y sé parte del avivamiento que transformará esta generación. Dios quiere usarte, ¿estás listo?
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