2 Timoteo 3:2-4

Vivimos en una sociedad donde se valora la diversidad de opiniones y donde no existe una verdad absoluta. La Biblia es vista como un libro de historia más y la religión es distorsionada. Vivimos en un mundo decadente y como cristianos somos muchas veces engañados hasta el punto de perder el discernimiento entre el bien y el mal. Este plan de lectura nos enseña el ciclo de engaño, caída y la reprobación que enfrenta una persona que desecha a Dios, y como cristianos, nos recuerda la importancia de persistir en lo que hemos aprendido en medio de un mundo decadente.

El amor es una decisión y un requisito del discipulado. Antes de la fundación del mundo, Dios amó. Dios concluyó que el amor durará para siempre, un regalo accesible para todos. El amor es inusual; más grande que nuestros talentos, que posee la capacidad de perdonar, influenciar la cultura, ser disciplinados y comprometidos. El amor no es un sentimiento o un etiquetado. En cambio, el amor es poder y es una influencia. Este plan de tres días nos enseña que es amor.

Algo que todos tenemos en común es el tiempo. A todas las personas se nos lo da junto con la vida. A pesar de que algunas personas viven más que otras, todas disfrutamos del mismo como un regalo de Dios. Este don de Dios conlleva la responsabilidad de utilizarlo en forma responsable, ya que deberemos darle cuentas de su uso.

Pese a todo lo que escuchamos, la Biblia no fomenta el amor propio (curiosamente sí habla del dominio propio), sino todo lo contrario, la Biblia enseña e insiste en amar a Dios y al prójimo. La Biblia da por sentado de que nos amamos y que ese no es el problema. Aprendamos un poquito al respecto con este plan de tres días.