Persiguiendo La Verdadনমুনা

Restaurando la decadencia espiritual
Mateo 4:23—5:16

La conservación de los alimentos es un tema aparentemente intrigante. La sal es un ingrediente natural de la tierra, pero también necesario para preservar los alimentos que comemos. ¿Cómo pueden esos pequeños granos de sal detener el proceso de descomposición? La sal mata la bacteria; esta no sobrevive en su presencia.

En el Libro de Mateo, Jesús compara a los cristianos con la sal. ¿A qué se refería? Algunos comentaristas bíblicos se refieren a la sal que se utiliza en la agricultura como un tipo de fertilizante para estimular el crecimiento.[1] Jesús sabía que podríamos hablar vida nueva a los demás y ayudarles a crecer.

A nuestro alrededor, todos los días, nuestra cultura muestra signos de decadencia. Podemos ver esto al manejar por las calles de nuestra ciudad. No por como lucen los edificios, aunque pueden estar en mal estado; si no al observar a la gente, sus acciones, y sus actitudes. Podemos ver la falta de normas al leer las redes sociales. Podemos ver la decadencia (una falta de moralidad) en la televisión, en las películas y en otras maneras de entretenimiento. Se escucha en el lenguaje y en la conversación de las calles.

¿Qué puede frenar este deterioro que vemos hoy a nuestro alrededor? ¡Nosotros! Jesús nos dijo que somos la sal de la tierra. Nos dijo que podemos llevar luz y restauración a la decadencia espiritual.

¿Cómo podemos ser esa sal? Podemos decir una palabra amable en lugar de una palabra ociosa o desagradable. Podemos observar a los que nos rodean y que necesitan una mano de amistad. Podemos traer alegría a los que están oprimidos, y consuelo a los que lloran. Podemos traer esperanza a una situación degenerativa. Podemos ser personas genuinamente buenas en un mundo de maldad.