Cómo Ser Padres CristianosMuestra

La influencia del mundo

En un sistema mundial caído, los creyentes debemos estar conscientes de las advertencias de la Palabra de Dios. Incluso después de ser salvados de las garras del mundo, podemos encontrarnos manchados y obstaculizados por su amplia presencia. La influencia del mundo puede dañar nuestras vidas y testimonio, por lo que es crucial que estemos alerta y nos protejamos de su impacto negativo.

Un área de gran preocupación para los creyentes es ser padres fieles. Criar hijos que amen y sigan al Señor de todo corazón resulta aún más difícil en una sociedad cuya moral se deteriora cada vez más. La respuesta a este reto no consiste en adoptar los principios de la psicología o confiar en ideas humanas, sino en abrazar la sabiduría que se encuentra en la Palabra de Dios.

Consideremos cuatro verdades sencillas y, al mismo tiempo, profundas que arrojan luz sobre la tarea de ser padres fieles. En primer lugar, debemos reconocer que la responsabilidad de la crianza de los hijos recae directamente sobre los hombros de los padres, no sobre el Estado o la Iglesia. En segundo lugar, es esencial recordar que la esencia de una crianza eficaz no reside en metodologías o estrategias complejas, sino en la sencillez. En tercer lugar, criar a los hijos requiere un compromiso activo, no un desapego pasivo. No basta con dejar que los niños crezcan de forma independiente, sin orientación ni supervisión. Por último, como padres, evaluamos nuestra eficacia no solo por las elecciones y respuestas de nuestros hijos, sino por nuestra fidelidad a las instrucciones de Dios. Debemos orar fervientemente por la conversión y el crecimiento espiritual de nuestros hijos, al tiempo que demostramos la piedad en nuestras propias vidas. Estas son algunas de las ideas de las que hablaremos a través de estos devocionales. El objetivo es procurar el progreso y buscar a Jesús y Su reino.

Ser padres requiere un esfuerzo inmenso y una confianza inquebrantable en Dios. Es un viaje que requiere buscar continuamente Su dirección y Su poder. A pesar de sus desafíos, la paternidad puede simplificarse cuando nos enfocamos en el objetivo final: guiar a nuestros hijos para que conozcan, amen y obedezcan a Cristo. Puede que el mundo que nos rodea luche ferozmente por los corazones y las mentes de nuestros hijos, pero nosotros debemos estar a la altura del desafío y esforzarnos por ganarlos para el Señor. Lo hacemos criándolos con un compromiso inquebrantable con Su verdad. Que Dios nos conceda la sabiduría, la fuerza y la gracia para cumplir nuestra vocación de padres en este mundo caído. No descanses en tus propias fuerzas, sino en las Suyas.