La presencia de DiosMuestra

En quietud

"Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!" (Hechos 11:17-18).

En este pasaje, el Apóstol Pedro, estaba haciendo memoria de cómo el siendo celoso de su pueblo, había hecho acepción de personas y como Dios le convenció de reconocer que la salvación también era para los gentiles (extranjeros), y cómo él podía llegar a estar estorbando la obra de Dios al conservar esa perspectiva del evangelio.

Por lo que tuvo reposo y quedó convencido de que la salvación también era para los de Cesárea y todo aquel que creyera en Jesús. De modo que aquellos que oían, también guardaron silencio y glorificaron a Dios.

Algunas veces puede llegar a pasar que nuestros pensamientos, costumbres o tradiciones, incluso la perspectiva que lleguemos a tener de la misma palabra, nos lleve a segmentar o apartarnos en el propio cuerpo de Cristo. Cuando comprendemos la voluntad de Dios y aceptamos lo que él está haciendo, es mejor guardar silencio y reconocer que podemos llegar a ser estorbos para su obra.

Por tanto, reconoce todos los caminos de Dios y su multiforme gracia, pues recuerda que aún si callamos, las piedras hablarían.

Oración

Por reconocer las cosas en las que hemos estado arraigados, que puedan ser estorbos a la obra de Dios.

Por tener reposo en ello y glorificar a Dios.