Jesús: Milagros Sin LímitesMuestra

PERMANECER

Constantemente, tenemos que evaluarnos para comprender si no hemos actuado en nuestra vida cotidiana con falta de fe, o sea, sin recordar quién es Dios, de su poder, misericordia y bondad. Hay que recordar constantemente que Él es poderoso para hacer y cambiar cualquier circunstancia en nuestra vida.

¿Qué sucede, por ejemplo, si ante un problema decidimos actuar solo con nuestras propias fuerzas? ¿No estamos dudando de su poder diciéndole que podemos hacerlo mejor que Él? Ciertamente que en muchas situaciones, debemos emplear algún tipo de esfuerzo natural y nos tocará hacer nuestra parte. Sin embargo, nuestro pensamiento constante debe ser la dependencia de Él porque todo está bajo Su control; separados de Él nada podemos hacer. Los milagros suceden donde hay expectativas y corazones dispuestos a recibirlo.

La Biblia nos cuenta que Jesús en su propia tierra (Nazaret) no pudo hacer muchos milagros. Al envés de expectativas, encontró incredulidad y desprecio como relata Mateo 13:58 - Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos (RVR1960). Jesús estaba listo para obrar muchos milagros ahí, pero los mismos que quizá vieron a Jesús crecer en su medio, no creían que un hijo de carpintero pudiera hacer algo por ellos y que tampoco pudiera ser el Mesías que vino a rescatarles.

Cuando Jesús comenzó su ministerio en esta tierra, los milagros eran evidentes, pero seguramente, el milagro más grande que vino a realizar en esta tierra (y lo sigue haciendo) ha sido en el corazón del hombre promoviendo cambios por medio de la obra redentora de la Cruz, dándonos propósito y destino. Afortunadamente para los que le creen, Jesucristo no sólo está comprometido en cumplir sus promesas, sino también las hace realidad cuando estamos conectados a Él.

Es cierto que muchos aún no han recibido este mensaje en su totalidad, tal vez por culpa, por ponerse limites, dudas, heridas que aun no fueron sanadas, olvidándose que estos cambios por los cuales también llamamos milagros son la consecuencia de los que buscan desarrollar una relación verdadera con Jesús por medio Su amor. Sin embargo, es necesario que la Palabra de Dios esté en nosotros, que la fe sea una realidad, aunque no tengamos nada palpable o visible a nuestros ojos y que esté más allá de nuestro entendimiento.

Dios hace milagros todos los días, en muchas vidas y en diferentes lugares y lo reciben los que están dispuestos a tocar en lo imposible creyéndole ser posible, saliendo de su comodidad y sumergiendo cada vez más profundo manteniendo su fe hasta el final, aunque las circunstancias demuestren lo contrario.

Los milagros están disponibles para aquellos que se atreven a creer en el poder de un Dios ilimitado y la clave aquí es permanecer. Permanecer para ser transformados en Él de gloria en gloria.
Te invito hoy a permanecer en Dios y en Su Palabra, cree que lo mejor viene para tu vida porque Él sigue obrando para tu bien.