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Jeremías 29:8 (NVI)
Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: «No se dejen engañar por los profetas ni por los adivinos que están entre ustedes. No hagan caso de los sueños que ellos tienen.
Jeremías 29:20 (NVI)
Pero ahora todos ustedes los exiliados que fueron deportados de Jerusalén a Babilonia, escuchen lo que dice el Señor .
Jeremías 29:6 (NVI)
Cásense y tengan hijos e hijas. También casen a sus hijos e hijas para que a su vez ellos les den nietos. Multiplíquense allá y no disminuyan.
Jeremías 29:9 (NVI)
Lo que ellos profetizan en mi nombre es una mentira. Yo no los he enviado», afirma el Señor .
Jeremías 29:11 (NVI)
Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:14 (NVI)
Me dejaré encontrar —afirma el Señor —, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma el Señor .
Jeremías 29:15 (NVI)
Ustedes podrán decir: «El Señor nos ha dado profetas en Babilonia»,
Jeremías 29:16 (NVI)
pero esto es lo que dice el Señor acerca del rey que ocupa el trono de David y acerca de todo el pueblo que aún queda en esta ciudad, es decir, de sus hermanos que no fueron con ustedes al exilio.
Jeremías 29:17 (NVI)
Así dice el Señor de los Ejércitos: «Voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia. Haré que sean como higos podridos, que de tan malos no se pueden comer.
Jeremías 29:24 (NVI)
«También a Semaías, hijo de Nejelán, le comunicarás
Jeremías 29:23 (NVI)
Porque cometieron una infamia en Israel: adulteraron con la mujer de su prójimo y dijeron mentiras en mi nombre, cosas que jamás ordené. Yo lo sé y de eso soy testigo», afirma el Señor .
Jeremías 29:1 (NVI)
Esta es la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén al resto de los jefes que estaban en el exilio, a los sacerdotes y los profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor había desterrado de Jerusalén a Babilonia.
Jeremías 29:2 (NVI)
Esto sucedió después de que el rey Jeconías había salido de Jerusalén, junto con la reina madre, los oficiales de la corte, los líderes de Judá y de Jerusalén, los artesanos y los herreros.
Jeremías 29:3 (NVI)
La carta fue enviada por medio de Elasá, hijo de Safán, y de Guemarías, hijo de Jilquías, a quienes Sedequías, rey de Judá, había enviado al rey Nabucodonosor, rey de Babilonia. Esta decía:
Jeremías 29:5 (NVI)
«Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto.
Jeremías 29:19 (NVI)
Porque ustedes no han escuchado ni han hecho caso de las palabras que, una y otra vez, envié por medio de mis siervos los profetas», afirma el Señor .
Jeremías 29:21 (NVI)
Así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel, acerca de Acab, hijo de Colaías, y de Sedequías, hijo de Maseías, que les profetizan una mentira en mi nombre: «Voy a entregarlos en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará ante sus propios ojos.
Jeremías 29:25 (NVI)
que así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “Tú, en tu propio nombre, enviaste cartas a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías, hijo de Maseías, y a todos los sacerdotes. En esas cartas decías:
Jeremías 29:26 (NVI)
‘El Señor te ha puesto como sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá, para que vigiles en el Templo del Señor . A todo loco que se haga pasar por profeta, lo pondrás en el cepo y en el calabozo.
Jeremías 29:27 (NVI)
¿Por qué, pues, no has reprendido a Jeremías de Anatot, que entre ustedes se hace pasar por profeta?
Jeremías 29:28 (NVI)
Resulta que él nos envió un mensaje a Babilonia, el cual decía: La deportación va a durar mucho tiempo; así que construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto’ ”».
Jeremías 29:12 (NVI)
Entonces ustedes me invocarán, vendrán a suplicarme y yo los escucharé.
Jeremías 29:13 (NVI)
Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
Jeremías 29:22 (NVI)
Por culpa de ellos, todos los deportados de Judá que están en Babilonia pronunciarán esta maldición: “Que haga el Señor contigo lo mismo que hizo con Sedequías y Acab, a quienes el rey de Babilonia asó en el fuego”.
Jeremías 29:29 (NVI)
El sacerdote Sofonías leyó esta carta al profeta Jeremías.