El Fin Del VacíoSample

“Ahora mi esposo me amará…”
Con esta frase, el corazón de Lea queda expuesto. ¿Dónde estaba su enfoque? Su enfoque no era Dios, era Jacob. Su corazón estaba lleno de dolor a causa de ser la esposa menospreciada en la relación, y ese menosprecio rompió su corazón.
Lo que Lea anhelaba era algo legítimo. No está mal ser amada, honrada, respetada, ya sea por tu esposo o por cualquier persona que ocupe un espacio en tu corazón. Lo malo es cuando ese anhelo se convierte en tu centro. Porque entonces, tu alma vivirá enfocada en la carencia y no en la presencia de Dios.
Vivir para suplir lo que creemos necesitar, en lugar de vivir intentando reparar lo que se rompió en nuestro interior, es (en la gran mayoría de los casos) lo que nos lleva a la frustración. Porque en ocasiones, nuestro roto corazón anhela lo que nunca llega. Lea vivió enfocada en Jacob, anhelando su amor, pero ese amor nunca llegó.
Lo maravilloso de esta historia es que Dios nunca la abandonó. Y esto es lo que hará contigo. Porque Él nunca desiste de ti, aun cuando todo nuestro enfoque está lejos de Su amor, Su amor no se desenfoca de nosotros. Dios está más interesado en sanar la herida, en restaurar lo roto de tu corazón, que en entregarte algo de valor terrenal que, en el fondo, no podrá llevarse tu dolor.
El cambio de enfoque en Lea
En la historia de Lea, con cada hijo que Dios le entregaba, ella le colocaba un nombre que expresaba su dolor y su frustración. Pero aun así, Dios fue obrando poco a poco en su alma herida. Y aunque no cambió a Jacob, sí cambió el corazón de Lea.
Por eso, cuando nació su cuarto hijo, Lea no dijo: “Quizás ahora me ame…”. Ella dijo: “Esta vez alabaré al Señor”, entonces lo llamó Judá, que significa alabanza. ¿Sabes qué sucedió? El enfoque de Lea cambió. Su circunstancia no, pero sí su corazón.
Ya no se trataba de Jacob.
Ya no se trataba de obtener algo exterior: amor humano.
Se trataba de adorar a Dios, incluso en medio del dolor.
Dios no siempre cambia la situación, pero siempre está dispuesto a cambiar tu corazón.
Esta también fue mi historia.
Desde las muchas heridas, Satanás siempre me hizo creer que mi solución era OBTENER. Obtener aceptación. Obtener buenas notas. El aplauso de mis padres. Un buen trabajo. Dinero. Un amor. No importaba el qué, pero siempre faltaba algo que había que obtener.
Hasta que un día, así como a Lea, Dios abrió mis ojos para entender que no tenía nada más que obtener para estar completa en Él. Lo que tenía que hacer era ENTREGAR. Entregar mi dolor, entregar mi pecado, mis deseos, y todo mi desorden interior.
Y ahí, Dios obró un cambio tan profundo, que yo misma dejé de buscar fuera la plenitud que ya Dios me había entregado dentro.
Tú también puedes transformar tu dolor en adoración, como lo hizo Lea, si tan solo cambias el enfoque y entregas genuinamente tu corazón al Señor. Porque no es la bendición de Dios la que nos traerá plenitud a la vida, sino el Dios que da la bendición quien nos hará vivir una vida plena.
PARA REFLEXIONAR
- ¿Estás mendigando el amor de alguien para sentirte amada, valorada o completa?
- ¿Estás esperando que alguien cambie su actitud hacia ti para sentirte mejor?
- ¿Tu corazón se ha enfocado tanto en una carencia que no puedes ver lo que Dios ya te entregó?
Tú nunca podrás controlar las situaciones que llegarán a tu vida. Pero, en medio de todo eso, sí podrás hacer de Dios el centro de tu vida. Y es ahí, cuando, a pesar de cualquier situación, tú podrás vivir completa en Dios.
Como Lea, puedes transformar tu sufrimiento en una ofrenda de alabanza a Dios. Esto no hará que dejes de sentir, y tampoco hará que tu herida desaparezca. Pero cambiar el enfoque te ayudará a entender que: no te falta nada, aun en medio del dolor, estás completa en Dios.
Hace tiempo, aprendí algo que marcó mi vida:
La adoración que nace del dolor es la única adoración que no se puede entregar a Dios en el cielo, porque allí no hay sufrimiento. Por eso, la adoración que hoy levantes en medio del dolor será tan valiosa ante los ojos de Dios.
ORACIÓN
Señor, gracias porque, aunque nadie me ve, tú me ves y escuchas mi clamor. Ayúdame a vivir enfocada en ti y en todo lo que me das, y no en mi carencia o en lo que creo necesitar.
Sana mi corazón. Enséñame a adorarte aun en medio del dolor. Sé que tú puedes cambiar cualquier situación, pero si no lo haces, que mi corazón exprese: “De igual manera, te voy a alabar”.
Amén.
Scripture
About this Plan

¿Te has sentido alguna vez perdida, herida o con un vacío que nada logra llenar? Este devocional es un viaje de 7 días donde descubrirás que Dios tiene un plan perfecto para tu vida. A través de historias reales, reflexiones y oraciones, experimentarás sanidad interior, restauración y un encuentro genuino con Jesús, el único que puede llenar tu corazón y transformar tu historia.
More
Related Plans

The Advent of HOPE and the Object of Our Faith.

Hidden: A Devotional for Teen Girls

Decide to Be Bold: A 10-Day Brave Coaches Journey

Grace With a Taste of Cinnamon

How to Practice Gratitude in the Midst of Waiting by Wycliffe Bible Translators

Light Has Come

A Christian Christmas

Does the Devil Know Your Name? A 10-Day Brave Coaches Journey

The Invitation of Christmas
