Pedir los dones

Pablo te anima a desear ardientemente los mejores dones.

Te impulsa a pedir los dones del Espíritu con confianza, seguro de que Dios es fiel y cumplirá Sus promesas.

Cuando te mueves por fe y pides el poder del Espíritu Santo, abres la puerta a algo sobrenatural en tu vida, permitiendo que Dios actúe en ti y a través de ti para hacer la diferencia a tu alrededor.

Pedir los dones del Espíritu no es un acto de presunción, sino de humildad. Significa reconocer que necesitas la fuerza y la guía de Dios para hacer Su voluntad.

Tu oración se convierte entonces en una señal de confianza.

Haz esta sencilla oración:
“Señor, deseo ardientemente los dones de Tu Espíritu.
Te pido con fe que me llenes de Tu poder, que me des sabiduría y discernimiento para vivir conforme a Tu voluntad.
Creo que eres fiel y que responderás a mi oración. Gracias por Tu amor y por Tu guía. Amén".

Pide entonces con fe y con un corazón abierto, sabiendo que Dios está listo para darte todo lo que necesitas para vivir plenamente tu llamado.