La luz en las tinieblas

Durante una excursión a las faldas del Etna, en Sicilia, el volcán activo más alto de Europa, me encontré con algunos amigos visitando una cueva. Fue una experiencia fascinante pero también bastante aterradora. En un momento, mientras estábamos en la parte más profunda, el guía nos pidió apagar todas las luces.

La oscuridad era tan intensa que no se podía ni ver la propia mano. En ese momento imaginé lo doloroso y opresivo que sería vivir para siempre en una oscuridad así.

Pero hay algo peor: vivir así en la vida cotidiana, cegados por creencias equivocadas, pensamientos confusos o ideologías engañosas. ¿Cómo podemos salir de esta oscuridad? ¿Dónde encontrar una luz que no engañe?

El salmista nos ofrece la respuesta: “la entrada de tus palabras da luz; ilumina y hace entender a los sencillos”. No importa cuán instruidos, ricos o pobres seamos: la Palabra de Dios es luz para todo corazón dispuesto a escucharla. Ella nos guía fuera de la oscuridad y nos abre los ojos a la verdad.

Oración: Señor, enciende tu luz dentro de mí. Haz que camine en la verdad y no me dejes jamás en las tinieblas.