Obtener la victoria

La verdadera victoria sobre la pornografía se basa en una relación auténtica y profunda con Dios.

No se trata solo de esfuerzo o fuerza de voluntad, sino de una relación espiritual que nos transforma desde dentro.

Solo cuando estamos arraigados en una conexión genuina con Dios, encontramos la fuerza para resistir las tentaciones y superar las cadenas del pecado.

Esta relación debe ser continua y alimentarse cada día mediante la oración, la lectura de Su Palabra y una constante dependencia de Su gracia.

Podemos establecer y mantener esta relación solamente a través de Jesucristo.

Él vivió en la Tierra, enfrentó todas las tentaciones, incluidos los deseos carnales, pero nunca pecó. Esto lo convierte en el mediador perfecto entre nosotros y Dios.

Solo en Jesús encontramos la redención y la fuerza para vencer nuestras debilidades, porque Él ya triunfó sobre toda tentación.

Para obtener la victoria, debemos abrir nuestro corazón a Dios, confesar nuestros pecados y aceptar la redención que Jesús obtuvo para nosotros con Su muerte en la cruz.

Dios está listo para perdonar y liberarnos, pero debemos reconocer nuestra necesidad de Su ayuda y dejar de intentar enfrentar esta batalla por nuestra cuenta.

Si estás convencido de esto y deseas comenzar una nueva vida en Cristo, puedes hacer esta oración:

“Querido Jesús, reconozco que nunca podré ganar la fuerza para obtener el perdón de mis pecados por mis propios méritos. He comprendido la gravedad de mi vida como esclavo del pecado y sé que solo Tú puedes perdonarme y liberarme.

Tu muerte en la cruz debía ser la mía, pero tomaste mi lugar para salvarme del castigo que merecían mis pecados. Gracias, porque a pesar de mis debilidades, me has prometido Tu apoyo y, sobre todo, la vida eterna en Cristo Jesús. Amén.”

Recordemos que Jesús no solo enfrentó las tentaciones, sino que también prometió ayudarnos en las nuestras.

Confiemos en Él cada día y dejemos que Su amor y Su poder nos guíen hacia la verdadera libertad.

Espero que este mensaje te haya ayudado a verte como una persona amada y única, con un propósito en la vida, que no es vivir como esclavo, sino disfrutar de la libertad obtenida a través de la cruz y la resurrección de Jesús.

Dios les bendiga.

Pastor Carmelo Orlando