Devocional Agosto "Lámpara a Mis Pies"Sample

“En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en las ciudades de los medos. Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos” (2 Reyes 17:6-7 RVR 1960).

Nosotros tenemos en nuestras manos uno de los poderes más grandes, que puede cambiar el destino de nuestras vidas y de nuestras generaciones y es el poder de Escoger. De todos los seres que Dios creó Él le plació darle el poder de escoger solo al ser humano. En este capítulo vemos como Israel es llevada cautiva a Asiria, pero esto nunca fue el plan de Dios para el pueblo de Israel, fue consecuencia de sus decisiones, fue fruto del poder que Dios les dio: el poder de escoger.

“Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto…”. El motivo por el cual estaban viviendo esa opresión, ese cautiverio no fue porque Dios lo quería, sino porque escogieron pecar contra Jehová su Dios. El Señor mostró su amor para con ellos en que los sacó de la tierra de Egipto con mano fuerte y brazo poderoso. La respuesta que el Señor buscaba de su pueblo era que lo amaran y andarán en sus caminos, Pero, ¿cuál fue la respuesta del pueblo? Decidieron pecar contra Dios.

“Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas” (2 Reyes 17:9 RVR1960).

El pecado lo hicieron en secreto. Hicieron cosas que sabían que no le agradaba al Señor, edificaron lugares altos que eran lugares de adoración a otros dioses y sus corazones no fueron fieles a Dios. El pueblo de Israel escogió el pecado, escogió una vida de oscuridad, de secretos, de poner su esperanza en falsos dioses que solo traen decepción y destrucción; y conforme a sus decisiones fue lo que vivieron.

Qué gran lección nos da el pueblo de Israel. Puede ser que lo que estés viviendo en este momento sea fruto de tus propias decisiones; si has decidido vivir como el pueblo de Israel, con pecados ocultos y secretos, ya puedes ver en qué terminó todo.

El Señor vez tras vez buscó rescatar el corazón de su pueblo

“No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos; más temed a Jehová vuestro Dios, y él os librará de la mano de todos vuestros enemigos. Pero ellos no escucharon; antes hicieron según su costumbre antigua” (V:38-40 RVR1960).

¡El temor a Dios es lo que nos guarda de desviarnos del camino! Si hay temor a Dios, hay reverencia, hay respeto y hay amor.