Devocional Agosto "Lámpara a Mis Pies"Sample

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios" (2 Corintios 1:3-4 RVR 1960).

¡Qué texto poderoso! Pablo habla del Dios de toda consolación, esa palabra “consolación” en el original es paraklesis. Significa: acercarse para ayudar, suplicar, motivar, aquello que proporciona confort y descanso. Pablo nos da la revelación que Dios es el Dios que proporciona toda consolación y nos da una promesa maravillosa, él nos consuela. Nos acerca, nos motiva y nos da descanso en medio de nuestras tribulaciones. En esta vida pasaremos por diferentes momentos de presión o aflicción. En este pasaje recibimos la promesa de que el Dios de toda consolación es el que nos dará aliento y descanso en esos momentos, pero también nos da otra verdad: Dios nos consuela para que nosotros podamos consolar a otros que están pasando por una situación similar.

Si tuviste que pasar por el valle de la enfermedad, el Dios de toda consolación te consuela para que tu seas su instrumento con una persona que también está pasando por ese mismo valle.

El apóstol Pablo nos da una verdad más y es que recibimos la plenitud de la consolación de Dios a través de Jesucristo. En Cristo está la plenitud de nuestra consolación, en esos momentos de tribulación, de aflicción, de dolor y angustia debemos ir al único que nos puede dar la plenitud de la consolación: ¡a Cristo Jesús!