Devocional Julio "Lámpara a Mis Pies"Sample

“Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo” (Marcos 15:38 RVR1960).

Cuando Adán y Eva vivían en el Edén no había separación, hablaban cara a cara con Dios y el mismo Señor caminaba entre ellos, mas cuando entró el pecado se levantó un velo, una barrera de separación entre Dios y el pueblo. Ese velo existió por miles de años, hasta que Dios descendió, se hizo hombre, tomó nuestro lugar, nuestro pecado, nuestro castigo, nuestro dolor y abrió el camino una vez más.

El velo se rasgó en dos. En el momento que Jesús muere lo primero que sucede es esto. Lo primero que Dios quiso restaurar fue nuestra relación con Él. Antes era imposible entrar al lugar donde estaba la presencia de Dios, el velo le recordaba al pueblo que no tenían acceso, que eran pecadores. La muerte de Cristo abrió el camino cuando no había camino, ahora Él mismo se convirtió en el camino al Padre, él mismo nos muestra el precio que pagó para tener comunión libre con Dios.

Ahora tenemos acceso libre, y podemos entrar por medio del sacrificio de Jesús. A diario podemos tener comunión con nuestro Padre Celestial.