Devocional Junio "Lámpara a mis pies"Sample

“Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí" (Romanos 9:13 RVR1960).

Cuando vemos la vida de Jacob y Esaú es interesante porque quien se veía más esforzado de los dos no era Jacob, era Esaú. Aunque Jacob no fue perfecto, tuvo muchos defectos y Dios tuvo que procesar su vida y su carácter. Hubo algo que Esaú permitió y que marcó su destino y su llamado y fue la indiferencia.

Cuando él llega cansado de haber estado cazando y Jacob le pide que le de su primogenitura, él respondió, “¿De qué me sirve la primogenitura si me muero de hambre?”.

Los ojos de Esaú siempre estuvieron en lo material, en lo que se ve, en lo temporal. Esaú no vio como importante la bendición que era dada específicamente a los primogénitos. Jacob con sus defectos quería la bendición aunque fuera engañando y mintiendo.

El pecado de Esaú fue el despreciar lo sagrado.

Hebreos 12:16 DHH941 dice “Que ninguno de ustedes se entregue a la prostitución ni desprecie lo sagrado; pues esto hizo Esaú, que por una sola comida vendió sus derechos de hijo mayor.” El Señor pone el pecado del desprecio en el mismo nivel de entregarse a la prostitución.

Cuando vemos la vida de Jacob vemos un hombre que tuvo que ser quebrantado pero que cuando llegó al final de sus días se dio cuenta que lo más importante en esta vida es tener la bendición de Dios.

“Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices".

Dios ama cuando tú lo deseas a Él sobre todas las cosas, pero él aborrece a los que menosprecian lo sagrado. Que podamos ser una generación apasionada por Él y por Su bendición.