Devocional Mayo "Lámpara a mis pies"Sample

“Y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones” - Hechos 15:9.

La purificación de nuestros corazones no se obtiene por cuanto conocimiento tengamos, ni se obtiene por las obras que hagamos o lo mucho que nos esforcemos. Pablo está aclarando que el mismo Dios que quiere salvar a los judíos es el que hoy quiere salvar a los gentiles. Para los judíos era fundamental y sagrado el rito de la circuncisión, pero para el Señor la circuncisión externa simplemente era una muestra de lo que había ocurrido en sus corazones, tanto que el mismo Señor a través de Moisés en Deuteronomio 30:6 les dice: “Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas".

El propósito de la circuncisión era mostrar el cambio interno que Dios había hecho en sus corazones. Cuando el evangelio se extendió ahora a los gentiles querían imponerles el ritual de la circuncisión que representan una cosa: obras. Y es aquí donde el Apóstol Pablo una vez más nos muestra lo fundamental que la fe es en nuestro caminar con Cristo.

Cuando Adán y Eva murieron, hubo una separación total de la presencia de Dios; el pecado manchó nuestros corazones sin tener remedio alguno para librarnos. Cuando Cristo vino, sin pecado, sin contaminación, Él llevó en su cuerpo el castigo de nuestro pecado, llevó las consecuencias de nuestras decisiones sobre su cuerpo, y es así que por fe en lo que Cristo hizo en la cruz nuestros corazones son totalmente purificados.

Fe en la obra de la Cruz, fe en lo que Cristo hizo por ti y por mi es lo que te da una nueva historia. Hoy no dependemos más de nuestras obras para ser salvos, ¡Somos salvos por fe! Nuestra fe en Cristo cambia nuestras obras, santifica nuestro caminar en esta tierra.