Perdón 360Sample

[IMAGE CONTENT] # Perdonar me hace bien La falta de perdón no solo afecta tus emociones, sino tu cuerpo. Una vez estaba junto a mi esposa charlando con una pareja amiga de nuestra iglesia de Villavicencio, Colombia y luego de compartir anécdotas divertidas y una rica cena, llegamos al momento donde culminan todas las reuniones sociales entre cristianos (o como deberían de terminar): el tiempo de compartir un testimonio reciente de lo que Dios había hecho en nuestras vidas. La esposa de mi amigo nos contó que ella tenía una parálisis severa en uno de sus brazos (mientras contaba su relato, noté que usaba sus dos brazos eufóricamente mientras hablaba y que la historia terminaría bien jajaja), condición que le trajo problemas matrimoniales, laborales y ministeriales. Ya se había vuelto una tragedia constante. Esto siguió así por años y solo seguía empeorando. Un día, en medio del desespero, ella preguntó a Dios cuál era la raíz de lo que pasaba (después de consultar varios doctores que no lograron resolver el problema). Dios le reveló que tenía rencor en su corazón, pues no había logrado perdonar a su hermana. Ella, llena del Espíritu Santo, la llamó y agendó una cita para verse. Se preparó mucho para esa conversación, pues sabía que sería difícil. Luego de encontrarse, llorar, hablar de lo que le había causado daño, y abrazarse, ella logró perdonar. Inmediatamente, nos dijo que mientras abrazaba a su hermana, había sentido un calor en su brazo y había empezado a moverlo. ¡Era un milagro! El rencor (la falta de perdón) puede llegar a producir efectos físicos como ataques de pánico o enfermedad. Esta es una realidad espiritual y científica. Miremos lo que algunos expertos dicen sobre el tema: Un estudio de Loren Toussaint, profesor de psicología de Luther College en Iowa (EE. UU.), reveló que las personas que perdonan continuamente, disminuyen drásticamente su tendencia al estrés y a la enfermedad. “Hay una enorme carga física para los que están dolidos y no han perdonado”, dijo Karen Swartz, M.D., directora de desórdenes emocionales en adultos del consultorio clínico en el hospital Johns Hopkins. La falta de perdón también nos puede dejar estancados. Hay familias que por orgullo nunca han tomado la decisión de hacerlo y llevan más de 10 años sin hablar. Es triste ver cómo podemos caer tan bajo en estas situaciones. Otro efecto del rencor, es cuando se adopta una mentalidad de víctima. Que todo lo que me sale mal no es culpa mía, sino de mi agresor. Es tiempo de asumir la responsabilidad de perdonar primero y dejar que Dios haga justicia en nuestra parte. Les dejo estas dos frases sobre este tema: * La falta de perdón (rencor) es como si estuvieras tomando veneno, esperando a que muera la otra persona; la persona no muere, pero tú terminas muriendo emocional, física, y espiritualmente. * Uno piensa que si no perdonas a alguien, ellos sufrirán por lo que te hicieron; pero en realidad eres tú quien prolonga ese sufrimiento.