En Jesús Yo SoySample

Semana 2 - Día 3
En Jesús Soy libre
Lectura: Juan 8:36, 2 Corintios 3:17
DEVOCIONAL: Juan 8:36
“Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres.”
Jesús se dirigía a los judíos que se habían reunido en el templo de Jerusalén, una multitud que tenía sentimientos encontrados sobre Su identidad como el Mesías. Los que no creían señalaban el pueblo del que procedía Jesús y Su falta de familia influyente para desacreditar Sus afirmaciones (Juan 7:41-43). Lo que no sabían era que Jesús estaba a punto de cumplir todas las profecías que se habían escrito sobre la llegada del Mesías.
En Jesús somos verdaderamente libres. Para un pueblo que había experimentado la servidumbre y la esclavitud como nación, en una época en que los gobernantes y los ganadores de las batallas esclavizaban a sus cautivos, conocían la libertad como una oportunidad fugaz. En Juan 8:35, Jesús les recordó que "el esclavo no permanece en la familia para siempre, sino que el hijo permanece para siempre". En Jesús, nuestra identidad se transforma de esclava a hija. Se nos ofrece libertad plena, completa y permanente, y un lugar en la familia de Dios.
Aunque el mundo puede intentar limitar nuestra identidad, influencia e impacto debido a nuestra edad, antecedentes, experiencia o capacidad, nuestra identidad está segura en Jesús. En Él, somos libres. En Él, tenemos un propósito. En Él, nos convertimos en hijas de Dios y en parte de una familia que nunca nos dejará, dudará de nosotras o se quedará sin amor por nosotras. Las cadenas del pecado que nos han retenido ya no son efectivas contra el poder de Jesucristo. Somos libres para ser una luz para los que nos rodean, un faro de esperanza para nuestras comunidades, e hijas de Dios que están seguras de su identidad, sin importar lo que venga.
Oración
Padre Celestial, gracias por invitarme a ser parte de Tu familia y liberarme de mi pecado. Ayúdame a vivir plenamente en libertad para que otros en mi vida puedan ser atraídos a Ti y a Tu hermoso regalo de salvación. Amén.
Scripture
About this Plan

En Cristo, tenemos solo una identidad que importa. Sin importar cómo nos auto definamos, nuestra identidad en Cristo sigue siendo la misma. Él nos rescató del pecado, nos libró de la oscuridad y nos redimió de la vergüenza. Por medio de Él somos llamadas hijas de Dios, introducidas a la familia de Dios, recibiendo la ciudadanía en Su Reino. En Cristo somos salvas, selladas, perdonadas, escogidas, bendecidas y capacitadas.
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