Con Los Ojos Puestos en Mi Pastor "Jesús"Sample
¿A quién estás mirando?
He contado con la oportunidad de escuchar a algunas personas que han contemplado la posibilidad de alejarse de los caminos del Señor, por el hecho de, supuestamente, haber sido humillados o maltratados de alguna forma por las figuras de autoridad “pastores o líderes ministeriales” que Dios ha colocado en el lugar donde se congregan. Esta es una queja constante dentro del pueblo cristiano que denota el grado de inmadurez en el que muchos hijos de Dios se encuentran. Vamos a analizarlo a la luz de las Escrituras:
Pablo nos insta en Hebreos 12:2 a fijar nuestra mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe. Cuando nos focalizamos en el hombre fácilmente vamos a ser defraudados porque el hombre es débil e imperfecto, así sea hijo de Dios. Es la realidad, aún siendo hijos suyos, no hemos sido completamente perfeccionados conforme a la estatura del varón perfecto “Jesús”. Somos obras en constante perfeccionamiento hasta el día que Él regrese.
Si alguien asume como argumento alejarse de los caminos de Jesucristo por los errores, la debilidad de carácter o las caídas de los demás, lo único que denota, esa intención, es el deseo de apartarse del camino de justicia por el que Dios quiere que andemos. En pocas palabras, puede ser sólo una justificación para irse a dar una vueltecita por el mundo o incluso volver allí de donde Jesús le ha sacado, pero a donde insiste regresar porque en realidad no ha comprendido lo que Él hizo en el madero.
Pensemos: si el Espíritu de Dios habita en nosotros cómo van a tener más poder las debilidades y los errores que comete una persona imperfecta como nosotros, como para llegar al punto de decepcionarnos del Señor; suena hasta necio decirlo. Cómo nos vamos a decepcionar de Dios y de su Hijo Jesús por lo que hace o no hace un ser humano débil y carente de la perfección plena que en su momento recibiremos de Él. ¡Es ilógico! nadie puede ser apartado del Señor, si es verdaderamente suyo. Un escogido no vuelve atrás, el Espíritu que habita en él no lo permite. ¿A quién estás mirando? Si estás mirando al hombre, eres un cautivo, pero si estás mirando a Jesús, verás que en Él, todo pasa por un buen propósito: disciplina, crecimiento, entrenamiento, madurez, fortalecimiento en la fe.
Scripture
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Mientras tus ojos estén puestos en el hombre seguirás siendo esclavo del hombre. El hombre aún siendo hijo de Dios, sigue siendo imperfecto. Si colocas tu mirada en él, terminarás desilucionándote, terminarás defraudado poniendo en riesgo tu caminar cristiano. Sin embargo, cuando fijas la mirada en Jesucristo tu fe será inquebrantable e inamovible. Mientras estés mirando a tu Pastor "Jesús", no hay nada qué temer en sus brazos estás seguro.
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