30 días de salud emocionalSample

A la primera indicación que hay problemas, rápidamente me lanzo para resolverlos; me pongo a planear varias soluciones y las pongo a marcha de inmediato. Las lanzo a todas rápidamente por si acaso me falle una de las primera cuatro soluciones. Pero mis intentos frenéticos para mantenerme cómoda me dejan derrotada e inmadura. Quizás es por eso mismo que Dios me permite afrontar situaciones difíciles, para quedarme quieta. Para soportarlo. Para confiar, aprender y crecer. En el capítulo 1 de Santiago, el hermano de Jesús escribió las palabras que me hacen temblar: Considéralo alegría cuando vienen las pruebas y las tentaciones. Porque la prueba de nuestra fe desarrolla la perseverancia - la capacidad de aferrarnos firmemente a nuestro llamado a conocer a Cristo, y dándolo a conocer, incluso cuando tenemos todas las razones para rendirnos. Esta perseverancia depende de una palabra de cinco letras que fácilmente olvidamos: Dejar. "Que la perseverancia complete su trabajo," dijo Santiago. No corras a esconderte. Al contrario, , planta tus pies, aprietate los dientes e inclínate lo más fuerte posible a Jesús, porque aunque ahora duele, así es como Dios nos hace perfectos y completos. Pocos, si se les dice que tienen un diente con absceso, evitarían ir al dentista. Aquellos con cáncer buscan tratamiento intencionalmente, aunque saben lo difícil que será. ¿Buscamos salud espiritual y emocional con la misma pasión y enfoque? O, ¿Nos distraemos con nuestra propia búsqueda de una ruta de escape? La vida va a herirte. Fuertemente. Las pruebas y las tentaciones no son opcionales, pero la forma en que las enfrentamos sí lo es. Podemos alimentar nuestra respuesta de lucha o huida hasta que nos hagamos más fuertes o más débiles. O bien, podemos plantar nuestros pies y mantener nuestros pensamientos en nuestro Salvador que nos cincela y nos moldea, y luego nos estiramos y nos desarrollamos.. La próxima vez que la vida te exprima y te deje en busca de la salida de emergencia, arrodíllate. Agárrate fuertemente de Jesús y pídele que te dé la fuerza para soportar. ~ Jennifer Slattery