30 días de salud emocionalSample

Había soñado de tener una boda durante la primavera, celebranda afuera entre unas flores de color rosa y árboles florecientes. Pero lo que recibí fue una boda que se tuvo que preparar para una ventisca increíble fuera de temporada. Todos hemos mantenido expectativas durante un tiempo en nuestras vidas, preparándonos para una temporada de celebración, estabilidad o incluso agitación. Planeamos con el propósito de llenar nuestros cubos de comodidad, y ya sabemos cómo van a suceder las cosas "y luego esto sucederá, y esto ..." Hasta que no pasan las cosas así. Un invierno sin nieve nos detiene nuestras vacaciones de esquí. Un verano frío y húmedo congela nuestro lago donde nos escapamos. Se cancela una boda de una pareja de larga duración. Desafortunadamente una mujer embarazada pierde a su primer bebé aferrándose. Algunas estaciones desafían nuestro espíritu profundamente. A menudo, creemos que los períodos difíciles estarán bien simplemente si podemos planificarlos y gestionarlos. Muchas veces, no son las temporadas preocupantes de nuestras vidas que resultan en nuestras luchas grandes; Casi siempre son las sorpresas inesperadas que pueden hacer que no perdamos nuestra fe. Al contrario de nuestro entendimiento, Dios nos deja sorprendidos y hasta confundidos cuando permite eventos que se aparecen de repente, fuera de su tiempo. Muy a menudo ponemos expectativas en nuestras experiencias, olvidando que Dios no nos pide nuestro permiso, ni actúa de acuerdo con nuestros entendimientos. Para cada cosa hay una temporada, a la que estoy tentada de agregarle, "Sí, mientras yo pueda esperarla, planificarla y controlarla." Pero si siempre mantengo el control, no le dejó espacio a Dios para que me gratificara cuando cumple con Sus promesas, aunque sean fuera de su tiempo. Quizás es un bebé después que te han dicho que no puedes concebir. O un aumento y promoción laboral cuando ya has pensado que no hay oportunidades. "Esto también pasará," es el consuelo que a menudo brindamos en las temporadas difíciles. Contra-intuitivamente, también es un recordatorio que nos estabilizamos en tiempos de abundancia. Es raro que las olas de condiciones que cambian constantemente nos consultan antes de que interrumpan nuestra calma. Las situaciones son temporales, así que cuando nuestra fe anticipa las sorpresas de Dios, nos ayuda a triunfar sobre circunstancias que no han sido planificadas. Recuérdese que las promesas de Dios a menudo pueden deleitarnos fuera de temporada. ¿Te estás preparando para una temporada, o a lo que la temporada te puede ofrecer? ~ Kelli Thompson