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La oración de fe

En nuestros últimos devocionales, hemos visto la fe (una fe verdadera), y el motivo de una fe que agrada a Dios. 

Santiago 5:15 nos dice: “La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará”.

Claramente, Santiago quiere que comprendamos que cuando oramos una oración de fe, Dios nos responderá. En este pasaje, se nos dice que a través de la oración Dios sanará a los enfermos y los levantará. 

Entonces, ¿qué se necesita para hacer una oración de fe? Hay tres ingredientes los cuales ya hemos abordado en nuestros devocionales anteriores. 

La oración de fe es una oración que:

1. No titubea. No es inconstante. Está anclada en las promesas de Dios. 
2. Es seguida por acciones correspondientes.
3. Se pide con los motivos correctos.

El ejemplo que Santiago cita de alguien que ha orado una oración de fe es Elías. 

Le animo a que lea su historia en 1 Reyes 17. Ahí encontrará que a través de la oración de fe, Dios cerró los cielos y no hubo lluvia. Después, por otra oración de fe, los cielos fueron abiertos y la lluvia cayó. 

Elías expresó su fe cuando dijo que escuchó “el ruido de la lluvia” (1 Reyes 18:41). Él hizo esa declaración antes de que hubiera una sola nube en el cielo y antes de que cayera una sola gota de lluvia. 

Cuando usted y yo no titubeamos en nuestra fe, cuando demostramos nuestra fe con acciones correspondientes, y cuando oramos con los motivos correctos, Dios actuará. Así como Elías escuchó la lluvia por fe, usted también puede escuchar la lluvia—cualquiera que ésta sea. Ésa es la oración de la fe.

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